sábado, 14 de enero de 2012

Fundamentos soteriológicos de la fe cristiana

“Las bases que sostienen la salvación que disfrutamos los que creemos y seguimos a Jesucristo”.

El tema que vamos a tratar en este documento es vital. Jesús contó una parábola que ilustra y nos permite “ver” lo importante que es nuestro tema (Mateo 7.24-29). La ruina o la prosperidad de una casa dependen de su fundamento. Pasa lo mismo en la fe cristiana con respecto a la salvación.
La salvación no es por obras, ni por ser infalibles, es por gracia por medio de la fe. Estar errados en ésta (u otra) doctrina) no va a quitarnos la salvación, pero sí va a afectar nuestro modo de vivirla, de anunciarla y de defenderla.
Es nuestro modo de vivir y de servir a Dios el que están juego. Podemos vivir agradándole o desagradándole. Podemos dar una imagen real de Dios o podemos dar una imagen distorsionada de él. Nuestros errores de interpretación de Dios y de lo que él ha dicho son fatales. Por eso, en este escrito presento los fundamentos soteriológicos de fe cristiana como un trípode uniforme. Esto será claro al final del escrito.
El título de nuestro tema necesita ser definido, aclarado y comprendido. Para eso necesitaremos un diccionario y un poquito de sentido común. El diccionario y el sentido común nos dicen que los fundamentos son los que se ponen antes de empezar cualquier construcción. En razón de esto, la firmeza y la estabilidad de un edificio dependen sobremanera de los fundamentos.
En el caso de nosotros, lo que intentamos saber y confirmar durante esta charla es sobre qué fundamentos se sostiene la salvación de los cristianos. ¿Cuáles son los fundamentos que sostienen la salvación que creemos, esperamos, proclamamos y vivimos los que seguimos a Jesucristo?
Este un tema difícil y son muchos los que lo han explicado, explican y explicarán. Todo lo que se diga respecto a este tema tiene que ser sustentado en la Biblia. Esto es justamente lo que yo intento hacer ahora.
Estoy seguro que no lograré satisfacer a todos, eso me entristece. Empero, me esforzaré en presentar lo que considero es obvio e irrefutable en la Biblia. Personalmente, como maestro y predicador de la Biblia, estoy decidido a decir con certeza y convicción aquello que es claro, obvio e indiscutible.
Veamos lo que es claro en la Biblia respecto a la salvación de Dios y que constituyen a su vez los fundamentos que sostienen la doctrina de la salvación en la fe cristiana.
1. El primer fundamento: Dios, el salvador.
En la Biblia, Dios es el principio y la causa de todo lo que existe. Todo empieza, se sostiene y termina con él. Solamente él no comienza con nadie. Su nombre es Jehová, que significa Yo Soy el que Soy (Éxodo 3.13-15). Lo que nos está diciendo Dios con este nombre es que existe por sí mismo y que no depende de nadie más que de él mismo.
Los cielos y la tierra y todo lo que existe en ellos empezó con Dios (Génesis 1.1). La vida vegetal, acuática, voladora y terrestre empieza con Dios (Génesis 1.11, 20, 24). El ser humano empieza, subsiste y subsistirá por Dios (Génesis 1.26). La familia empieza y termina con Dios (Génesis 2.22). En estas y muchas otras cosas, todo empieza con Dios. Dios siempre es primero.
En la doctrina de salvación, todo empieza, es posible, se sostiene y termina con Dios. El testimonio bíblico al respecto es abundante. No hay salvación fuera de Dios y su obra. Dios y tan solamente Dios hacen posible la salvación de todo ser humano.
Veamos algunos textos del Antiguo Testamento al respecto: Génesis 49.18; Éxodo 14.13, 15.2; Salmo 27.1, 62.1; Isaías 12.2, 52.10; Habacuc 3.18
En el Nuevo Testamento, la mayoría de los textos referentes a Dios y a la salvación están ligados total e indispensablemente a Jesucristo, que fue enviado por Dios para hacer efectiva la salvación de los pecadores.
Veamos algunos pasajes:
1. Lucas 1.71, 77; 2.30; 19.9
2. 1 Pedro 1.17-21
3. Apocalipsis 13.18
4. Hechos 2.23
Hasta los salvos son salvos, según la Biblia, por la elección y la predestinación divina. Este hecho es innegable e irrefutable, tal es así, que los salvos son llamados muchas veces, escogidos. Veamos algunos textos:
1. Romanos 8.28-30
2. Efesios 1.3-14
3. Juan 13.18, 15.16
4. 1 Pedro 1.2
5. Mateo 24.22, 24, 31; Marcos 13.27; Lucas 18.7; Apocalipsis 17.14
6. Romanos 11.7; Colosenses 3.12; Tito 1.2
7. 2 Tesalonicenses 2.13

Es claro y obvio en la Biblia que Dios planea, ejecuta, aplica, provee y salva a todo hombre que necesita ser salvo. Por eso, la Biblia siempre declara que él tiene que ser glorificado por los salvos y por toda la creación. Dios es el único que merece la gloria, la honra y la alabanza. Nadie excepto él tiene que ser objeto de nuestra adoración y la alabanza y eso es justamente lo que haremos los salvos una vez que se termine el presente orden y se dé inicio a la eternidad.

Juan 3.16; Romanos 5.8; Apocalipsis 5.9-10, 12-13

2. El segundo fundamento: El hombre, él necesitado y beneficiado de la salvación de Dios.

¿Cuál es el rol del hombre en la salvación? ¿Qué es lo que hace él o es que no hace nada? En el primer fundamento no hay discusión alguna. Nadie puede decir que la salvación no es de Dios y estoy seguro de que nadie sería capaz de proponer que otro tenga parte en la salvación y se apropie así de la gloria de Dios.

Vamos a ver lo que dice la Biblia respecto al rol del hombre en su propia salvación y en la salvación de otros. Vamos a ver qué es lo que dice Dios respecto a cuál es la parte del hombre en su plan de salvación.
1. El hombre necesita salvación dice la Biblia. (Lucas 19.10; Romanos 5.12-21).
2. El hombre no puede hacer posible su salvación por sí mismo. (Marcos 10.23-27).
3. El hombre tiene que cumplir las demandas de Dios para su salvación. (Juan 1.12-13, 3.14-21, 5.24; Marcos 16.16; Hechos 2.38).
4. El hombre es el instrumento de Dios para llevar salvación a otros hombres. (Juan 17.20; Hechos 9.15-16; Romanos 10.14-15).
5. El hombre le da gloria a Dios por la salvación. (1 Corintios 1.26-31; 2 Corintios 9.13; 1 Tesalonicenses 1.3-12).
6. El hombre es recompensado por Dios por ser su instrumento en la salvación (Marcos 10.28-31; 1 Corintios 3.8-15).

¿Se pueden negar estas realidades bíblicas con respecto al hombre y la salvación? Sí se pueden negar y contradecir, pero no con una correcta interpretación de la Biblia.

Los textos son claros. El hombre es vital en su salvación y en la salvación de otros. Es así porque Dios lo ha querido, no porque el hombre mismo sea indispensable. Dios hizo todo lo que existe (incluyendo a la humanidad) sin la ayuda del hombre y podría salvar a los hombres y establecer su reino en este mundo sin la ayuda de ellos.

Pero Dios ha decidido usar al hombre y en este sentido el hombre tiene que cumplir el rol que Dios ha establecido para él. El hombre debe creer para ser salvo. También, el hombre salvo debe predicar el evangelio para que otros hombres sean salvos.

Negar estas realidades va totalmente en contra de Dios y su palabra. Los seguidores de Jesucristo debemos esforzarnos para decir lo que dice la Biblia. Ni más ni menos que eso.

3. El tercer fundamento: Dios y el hombre cooperando y trabajando "juntos" en el establecimiento del reino de Dios en la vida de los hombres y de todo el universo creado.
Esta idea es una idea presente a lo largo de toda la historia narrada en la Biblia. Vamos a examinar algunos textos para demostrarlo:

1. Para proveer el salvador “requirió” de una mujer (Génesis 3.15; Isaías 7.14; Lucas 1.31-35; Mateo 1.23).
2. Para que el linaje humano no fuese exterminado y desaparecido de sobre la faz de la tierra “requirió” de Noé (Génesis 6.13-22).
3. Para que Israel se fundase trabajó junto a Abraham y los patriarcas (Génesis 12.1-9, 15.18-21, 22.15-18).
4. Para que Israel fuese liberado de Egipto trabajó con Moisés y Aarón (Éxodo 3-4).
5. Para dirigir a su pueblo cuando ya fue una nación usó a diferentes hombres: sacerdotes y levitas, jueces, reyes y profetas.
6. Para juzgarla por su idolatría y rebeldía constante y hasta para restaurarla usó a reyes y a naciones paganas.
7. Para introducir el mensaje de Jesucristo a este mundo trabajó junto a los apóstoles y la iglesia primitiva. (Marcos 16.14-20; Hechos 1.8, 5.29-32; Hebreos 2.1-4; 1 Corintios 3.5-7).
8. Para salvar a las personas que van a entrar al reino de los cielos “necesita” que éstas cumplan con sus exigencias y demandas. (Lucas 13.1-5; Hechos 16.31; Romanos 10.13).
9. Para que sigan habiendo hombres que se salvan “sigue necesitando” de hombres e iglesias que cumplan con llevar adelante la gran comisión. (Lucas 24.47; Romanos 10.14-17).

¿Podría hacer Dios estas cosas sin la ayuda del hombre? Seguro que sí. ¿Eso quiere decir entonces que como Dios no necesita del hombre ni requiere de su ayuda; no lo usa, no le pide nada y tampoco le exige nada?

Me parece que la Biblia en ninguna manera sostiene que Dios no usa,  no pide y no exige nada del hombre. Al contrario, hay textos bíblicos claros y obvios en lo que se afirma en que Dios quiere y busca al hombre para que juntos “consigan” el establecimiento de su voluntad en la tierra. (Isaías 6.8; Juan 17.18-21).

Como esto es claro en la Biblia, algunos dicen entonces que el hombre hace estas cosas porque Dios es quien hace que ellos las hagan. Eso quiere decir que como ellos no las hacen, si no que es Dios quien hace que las hagan, lo que hacen también es de Dios.

Veamos algunos textos respecto a qué dice Dios respecto a algunas acciones que el hombre hace y que él quiere que hagan:

1. Creer y fe. (Génesis 15.6; Marcos 2.5). En ambos pasajes, la fe pertenecen a los que la tuvieron.
2. Arrepentimiento. (Hechos 2.41). El arrepentimiento fue de los que se arrepintieron.

Conclusión.

En forma básica, esta exposición se ha movido alrededor de estas verdades fundamentales:

1. Dios es el salvador, de él y sólo de él es la salvación. Nadie puede ser salvo, nadie es salvo, ni nadie será salvo sin él. Sólo él es el autor de la salvación. Él solo tiene que ser glorificado y honrado por su salvación.

2. El hombre responde a la salvación de Dios y se salva cumpliendo con las condiciones que Dios ha establecido para eso. Si el hombre no cumple con creer, arrepentirse y “muestra” ambas cosas con una vida nueva, no será salvo jamás.

3. Dios y el hombre actúan en armonía en la salvación. Son colaboradores y trabajan juntos. Sin que esto signifique que Dios se hace menos Dios ni que el hombre se haga Dios o le quite algo a Dios. Ambos mantienen cada uno su dignidad y esencia.

La palabra escrita de Dios es la fuente de estas tres verdades fundamentales, pero no solo de estas, sino de todas aquellas que debemos creer y vivir.

Cuídemonos de interpretar la Biblia con nuestra filosofía y lógica. Nuestra hermeneútica debe interpretar La Escritura con la misma Escritura. La Escritura no puede ser quebrantada. Si vamos a tener un lente para ver mejor la palabra, que sea el lente de la palabra misma.

Es muy seguro que no he satisfecho a todos con lo que he expuesto y he escrito sobre este tema. Si alguno tiene una explicación mejor, que la dé y la sustente en la Biblia. Eso sí, lo que pido es que no enfaticemos un fundamento en desmedro de otro fundamento.

Una casa, para que sea firme, requiere que sus fundamentos sean firmes e iguales de consistentes. La fe cristiana es así también. Todas sus verdades deben ser firmes e iguales de consistentes. NInguna verdad se debe sostener en desmedro de otra verdad.

¡Qué Dios nos ayude a hacer conforme a la palabra de Dios!