lunes, 30 de septiembre de 2013

Filosofía Ministerial de una Iglesia Cristiana Fiel

Definición
La “Filosofía Ministerial de una Iglesia Cristiana Fiel” es un documento en el que se detalla los conceptos bíblicos sobre qué es la iglesia, cuál es su propósito supremo, cuáles son sus principios gobernantes y cuáles son los instrumentos que usará la misma al cumplir su ministerio de glorificar a Dios por medio de obedecerle y de vivir conforme a lo que él ha establecido para ella.

Concepto de una iglesia cristiana fiel
La iglesia fiel es una congregación de personas que pertenece única y exclusivamente a Dios. Dios compró a todas estas personas por medio de la sangre preciosa de Jesucristo, su Hijo amado. En consecuencia, cada persona que es parte de esta iglesia cree y confiesa genuinamente que Jesucristo es el Señor y que ha sido resucitado de entre los muertos por Dios mismo. En virtud de esta creencia, se bautizan por inmersión y testifican así públicamente su vinculación a Jesucristo. Todos los creyentes de esta iglesia, por tanto, son salvos, nuevas criaturas, un pueblo especial e hijos benditos de Dios. Esta posición la reciben por gracia y sólo por gracia. Como pueblo bendito de Dios por medio de Jesucristo, todos los que son miembros de esta iglesia están en la obligación de vivir creciendo en su amor a Jesucristo y en su obediencia a todo lo que él ha ordenado.

1 Timoteo 3:15 “Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.

Hechos 20:28 “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”.

Romanos 10:9 “... que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo”.

Mateo 28:19-20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

2 Corintios 5:17 “De modo que si uno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

Efesios 2:8-9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe”.

2 Pedro 3:18 “Antes bien, crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad”.

1 Pedro 1:2 “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo:  Gracia y paz os sean multiplicadas”.

El propósito supremo de la iglesia cristiana fiel
Esta iglesia tiene como razón de ser y existir la glorificación de Dios por medio de predicar el evangelio, discipular a los creyentes, desarrollar y enviar obreros a la mies, establecer nuevas iglesias, testificar con vida y voz de Jesucristo, adorar y alabar en espíritu y en verdad al Dios y Padre de Jesucristo, y servir sabia y misericordiosamente a la comunidad.

La gloria de Dios
Esta iglesia entiende por su estudio de la Biblia que está llamada a vivir exclusivamente para glorificar y honrar a Dios. Esto significa que la motivación final de nuestros valores, acciones, actitudes, relaciones, planes, programas y métodos no es otro más que el honor y la gloria de Dios. Este y no otro es nuestro propósito supremo y prioritario. Hacemos así porque entendemos que esa la razón por la cual Dios nos hizo Su Iglesia.

Salmos 19:1 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.

Isaías 42:8 “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas”.

Isaías 43:7 “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”.

Jeremías 13:11 “... para que me fuesen por pueblo y por fama, por alabanza y por honra; pero no escucharon”.

Efesios 1:12 “a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”.

1 Corintios 10:31 “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.

2 Corintios 1:20 “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para gloria de Dios”.

Romanos 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas.  A él sea la gloria por los siglos.  Amén”.

Predicar el evangelio
Como iglesia, entendemos que Dios es glorificado por nosotros cuando predicamos el evangelio.  Esto quiere decir, que el anuncio de las buenas nuevas de Jesucristo es parte de nuestra forma de glorificar a Dios. En consecuencia, nosotros queremos predicar el evangelio tal y conforme ha sido revelado; no queremos cambiar, añadir ni disminuir este precioso mensaje. Queremos, asimismo, que cada miembro de la iglesia esté compartiendo el evangelio y que haga así en todo tiempo y lugar y de todas las maneras lícitas posibles.

Marcos 1:14-15 “... Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo:  El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio".

Marcos 16:1, 20 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.  Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén”.

1 Corintios 15:1-5 “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucito al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce”.

Gálatas 1:8 “Mas si aun nosotros, o un ángel de cielo, os anunciare otro evangelio diferente de que os hemos anunciado, sea anatema”.

2 Corintios 4:5 “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús”.

2 Timoteo 4:1-2 “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”.

Discipular a los creyentes
Esta iglesia considera por las escrituras que toda persona que recibe el evangelio de Jesucristo empieza una nueva vida y necesita, por tanto, ser discipulado en ella. Por consiguiente, creemos que es nuestra obligación enseñar a cada creyente a guardar todas las cosas que Jesús ha mandado. Creemos, asimismo, que glorificamos a Dios cuando cumplimos con perfeccionar a los santos para la obra del ministerio y la edificación del cuerpo de Cristo. En consecuencia, buscamos que cada uno de los miembros sea discipulado para que refleje más y más la imagen y el obrar de nuestro Señor Jesucristo. 

2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

Mateo 28:19-20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

Efesios 4:12 “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.

Lucas 6:40 “El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro”.

Gálatas 4:19 “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”.

1 Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”.

Desarrollar y enviar líderes a la obra de Dios
Esta iglesia considera que es su deber formar y comisionar líderes que sean puntas de lanza en el reino de Dios. Reconocemos que, tal como dijo Jesús, la mies es mucha y los obreros pocos. Por tanto, nosotros oraremos y rogaremos al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. Empero, no sólo haremos el ruego sino que buscaremos que de nuestra iglesia salgan hombres y mujeres a la obra de Dios. A estos hombres y mujeres los instruiremos y perfeccionaremos para que sean aptos para el liderazgo. Una vez perfeccionados, los comisionaremos a la mies del Señor con mucha oración y comprometiendo toda la ayuda posible.

Efesios 4:12 “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.

2 Timoteo 2:2 “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”. 

Mateo 9:37-38 “Entonces dijo a sus discípulos:  A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.  Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”.

Hechos 13:1-3 “Había entonces en la iglesia de Antioquia, profetas y maestros; Bernabé, Simón, el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaen el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo:  Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.  Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron”.

Hechos 14:26-27 “De allí navegaron a Antioquia, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido.  Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles”.

Filipenses 4:15-16 “Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades”.

Establecer nuevas iglesias
En esta iglesia consideramos que glorificamos a Dios cuando establecemos iglesias de Jesucristo en los sitios en que aún no se ha establecido ninguna. Creemos que la predicación, el discipulado, la preparación y el envío de obreros a la mies está directamente relacionado con el establecimiento de iglesias y eso es justamente lo que nosotros queremos hacer: multiplicarnos como iglesia. Es decir, queremos orar, ofrendar, promover, ayudar, enviar misioneros y equipos misioneros a fin de establecer nuevas iglesias doctrinalmente sanas. Nosotros vemos nuestra comunidad, nuestra ciudad, todo nuestro país, todo Sudamérica y el mundo entero como un campo misionero y necesitado de iglesias de Jesucristo. En consecuencia, la multiplicación de iglesias es un interés y una prioridad que queremos inculcar en todos y cada uno de los miembros de esta iglesia.

Hechos 9:31 “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo”.

Hechos 15:41 “y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias”.

Hechos 14:21-23 “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles:  Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.  Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”.

Hechos 16:4-5 “Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen.  Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día”.

1 Timoteo 3:15 “Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”. 

Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

Hechos 2:47 “alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo.  Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. 

Ser testigos vivientes de Jesucristo
En esta iglesia somos concientes de que la gente no creerá en Jesucristo a menos que oiga de él o lo vea reflejado en la vida de alguna persona concreta. En ese sentido, nosotros queremos mostrar a Jesucristo a las personas que nos rodean. Tenemos este deseo porque sabemos que así glorificamos a Dios y porque Jesucristo nos ordenó que fuésemos testigos suyos en dondequiera que estemos. En consecuencia, nuestro interés en que cada uno de los miembros de esta iglesia desarrolle la personalidad, las actitudes, los intereses y el obrar de Jesucristo en su propia vida personal y singular será notorio y constante en todo nuestro ministerio. Nosotros queremos hacer así porque queremos ser conocidos como discípulos de Cristo por la gente que nos rodea.

Romanos 10:14 “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?  ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?  ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?  ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?  Como está escrito:  ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”.

Hechos 4:13 “Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús”.

Hechos 1:8 “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.

Hechos 5:32 “Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen".

Lucas 6:40 “El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado será como su maestro”.

Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

2 Corintios 3:17-18 “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.  Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.

Colosenses 1:27 “a quienes Dios quiso dar a conocer todas las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles:  que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”.

Colosense 3:12-14 “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro.  De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.

Juan 13:34-35 “Un mandamiento nuevo os doy:  Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.  En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor  los unos con los otros”.

Adorar y alabar únicamente al Dios y Padre de Jesucristo
Esta iglesia considera que Dios es glorificado cuando se le alaba y adora sólo y exclusivamente a él. Creemos que Dios nos creado y salvado por medio de Jesucristo para que le alabemos y adoremos. Nosotros, por tanto, queremos adorar y alabar a Dios por medio de cantos, oraciones, ofrendas, vidas dignas y servicio fiel. Asimismo, queremos ser vistos por Dios como una iglesia que adora y alaba en espíritu y verdad, que hace esto de todo corazón y no sólo de labios. Por consiguiente, inculcamos e inculcaremos en todos y cada uno de los miembros de la iglesia la genuinidad, la reverencia, el gozo y la gratitud a Dios en toda su adoración y alabanza.

Mateo 4:10 “Entonces Jesús le dijo:  Vete, Satanás, porque escrito está:  Al Señor, tu Dios adorarás, y al él sólo servirás”.

Apocalipsis 19:10 “... Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

Juan 4:22-23 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en Verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.  Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren”.

Efesios 5:18-20 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamiento en Cristo Jesús”.

Filipenses 4:17-18  “No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.  Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios”.

Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestra buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

1 Pedro 2:11-12 “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras”.

Colosenses 3:16 “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.  Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.

Hechos 2:46-47 “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo.  Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.

Hechos 3:8-9 “y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.  Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios”.

Servir sabia y misericordiosamente a la comunidad
Esta iglesia considera que su servicio sabio y misericordioso a la comunidad en que estamos inmersos glorifica y honra a Dios. Nosotros, entonces, queremos servir a la comunidad a la medida de nuestras posibilidades y en concordancia con los principios bíblicos. Promoveremos en todos los miembros de iglesia el aprecio por lo bueno que los hombres producen, el servicio a la comunidad en lo que bueno es para todos y asistiremos compasivamente a los que están en orfandad y necesidad.

Hechos 20:35 “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo:  Más bienaventurado es dar que recibir”.

Efesios 4:28 “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con su mano lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad”.

2 Tesalonicenses 3:10-13 “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto:  Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entrometiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien”.

Gálatas 6:9-10 “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segáremos, si no desmayamos.  Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente  a los de la familia de la fe”.

Principios gobernantes que rigen la vida y el obrar de la iglesia cristiana fiel

Nosotros consideramos que esta iglesia es de Dios y está llamada a vivir y a cumplir su misión en este mundo, conformándose estrictamente a la persona y al carácter del Dios al que pertenece.  Esto significa que, como iglesia de Dios, queremos reglamentar nuestro cumplimiento del propósito supremo de nuestra existencia por medio de principios bíblicos claros y concretos.  Hacemos así porque consideramos que la iglesia de Dios tiene que hacer la obra de Dios con el poder, con los motivos y con los métodos de Dios.  

1 Corintios 4:1-2 “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.  Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”.

2 Timoteo 2:4-6 “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.  Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.  El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”.

Nuestros principios gobernantes al cumplir nuestro propósito supremos son:

Doctrina Bíblica
Creemos que la Biblia es la palabra de Dios y que tiene todo lo que Dios ha querido revelarnos para guiar nuestra vida hasta que estemos en su presencia.  Entonces, nosotros estamos decididos a sustentar nuestra fe, nuestras prácticas y nuestros usos eclesiásticos en la sana doctrina.  Consideremos que los errores doctrinales y las enseñanzas que no están de acuerdo a la doctrina bíblica no deben ser toleradas ni oídas.

Deuteronomio 29:29 “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos las palabras de esta ley”.

1 Timoteo 4:16 “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”.

Tito 2:1  “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina”.

Tito 2:7-8 “presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir  de vosotros”.

1 Tesalonicenses 2:3-4 “Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones”.

Relaciones personales sanas
Creemos que el motivo correcto que debe regir todas nuestras relaciones personales es el amor bíblico.  Por tanto, nosotros queremos relacionarnos con Dios, con nuestros hermanos espirituales, con nuestro prójimo y con nuestros enemigos en amor. Queremos, en consecuencia, relacionarnos con toda persona en este vínculo perfecto. Haremos así porque la Biblia dice que el cumplimiento de la ley es el amor.

Marcos 12:30  “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tu mente y con todas tus fuerzas.  Este es el principal mandamiento”.

1 Juan 4:7-12 “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios.  Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.  El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.  En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envío a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.  En esto consiste el amor:  no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que el nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.  Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.  Nadie ha visto jamás a Dios.  Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.”.

Marcos 12:31 “Y el segundo es semejante:  Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  No hay otro mandamiento mayor que éstos”.

Mateo 5:44-48 “Pero yo os digo:  Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.  Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?  ¿No hacen también lo mismo los publícanos?  Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más?  ¿No hacen también así los gentiles?  Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”.

Colosenses 3:14 “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vinculo perfecto”.

Romanos 13:8-10 “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.  Porque:  no adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume:  Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”.

Unidad de la iglesia
Nosotros reconocemos que cada persona que es miembro de nuestra iglesia es oveja de Jesucristo, tiene el Espíritu Santo y es un sacerdote ante Dios. Por tanto, buscaremos que todos estemos unidos en una misma mente y un mismo parecer: Todos debemos querer, sentir, trabajar y aspirar los mismo. Intentaremos que en nuestra iglesia se refleje la unidad que existe entre Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. En consecuencia, cumpliremos nuestra meta suprema en función a la diversidad de personas que componen la iglesia, así como a la diversidad de dones que los creyentes tienen; pero cuidando siempre que haya unidad y en armonía en la congregación.

Juan 10:14 “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”.

1 Corintios 6:19 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que nos sois vuestros?”.

1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

Filipenses 3:13-16 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:  olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.  Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.  Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.”

Juan 17:21-23 “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.  La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.  Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”.

1 Corintios 12:11-13 “pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.  Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.  Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”.

1 Corintios 1:10 “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”.

Salmos 133:1 “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!”.

Liderazgo servicial y ejemplar
Nosotros creemos que el liderazgo tiene que realizar su ministerio sirviendo generosamente a la iglesia. Consideramos que la expresión básica del liderazgo del propio Jesucristo y de sus seguidores es el servicio. En consecuencia, buscaremos desarrollar líderes que sirvan apacentando a la congregación en forma voluntaria. Buscaremos, asimismo, que los líderes tengan principalmente autoridad moral. Es decir, su autoridad, que es para edificación, dependerá de su trabajo amoroso, sacrificado y ejemplar, antes que por cualquier otro motivo.

Marcos 10:42-45 “Mas Jesús, llamándolos, les dijo:  Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de  las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad.  Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos.  Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.

1 Pedro 5:2-4 “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.  Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”.

Hebreos 13:7, 17 “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. ... Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”

2 Corintios 13:10 “Por esto os escribo estando ausente, para no usar de severidad cuando esté presente, conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción”.

Hechos 20:17-21 “Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia.  Cuando vinieron a él, les dijo:  Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.”

2 Corintios 12:14-15 “He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.  Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.”

Énfasis en la familia
Nosotros sabemos que la familia es la primera institución humana creada por Dios. Estamos concientes de que familias íntegras y firmes son garantía de iglesias sanas y fuertes. Queremos, por tanto, fortalecer las relaciones entre esposos y esposas, entre padres e hijos y entre hermanos y hermanos. Queremos, asimismo, que sean familias enteras las que sirvan a Dios por medio de Jesucristo. Nuestra iglesia, en consecuencia, le dará a la familia la importancia y el lugar que ésta tiene dentro del plan de Dios.

Malaquías 2:15 “¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu?  ¿Y por qué uno?  Porque buscaba una descendencia para Dios.  Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.”

Génesis 18:19 “Porque yo sé que mandará a sus hijos y su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”.

Josué 24:14-15 “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová.  Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.

Efesios 5:22-33 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.  Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.  Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.  Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.  El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.  Porque nadie aborreció jamás a su propio carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.  Por esto dejará el hombre a su padre y a madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.  Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.  Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”.

Colosenses 3:18-21 “Casadas, estad sujetas a vuestras maridos, como conviene en el Señor.  Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.  Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.  Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desaliente”.

Efesios 6:1-4 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.  Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.  Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.

Hechos 16:31-34 “Ellos dijeron:  Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.  Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.  Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y enseguida se bautizó él con todos los suyos.  Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios”.

1 Corintios 16:15-16 “Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.  Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan”.

Transparencia financiera
Como iglesia, nosotros somos concientes de que necesitamos recursos financieros para realizar nuestro ministerio en este mundo. Nosotros creemos que nuestro Dios, que es dueño y fuente de toda riqueza, nos proveerá de lo necesario para cumplir nuestra misión de extender su reino. Sabemos, asimismo, que él hará esto por medio de los diezmos, las ofrendas y las donaciones de sus generosos hijos. Queremos, por tanto, ser transparentes, responsables, generosos y honestos en la administración de los recursos financieros que Dios y los miembros de la iglesia han puesto en nuestras manos.

Lucas 8:1-3 “Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades:  María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza, intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes”.

Hageo 2:8 “Mío es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los Ejércitos”.

Filipenses 4:19-20 “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.  Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos.  Amén”.

Filipenses 4:15-18 “Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades.  No es busque dádivas, sino que busco fruto que abunde a vuestra cuenta.  Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios”.

2 Corintios 8:20-21 “evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que administramos, procurando hacer las cosas honradamente, no solo delante del Señor sino también delante de los hombres”.

Centralidad de la iglesia local
Nosotros consideramos que la edificación de la iglesia es la obra más importante de Dios en la tierra durante esta época. Creemos que Dios obra y extiende su reino en este mundo por medio de la iglesia local. Encontramos en el Nuevo Testamento, que Dios añade a los salvos a la iglesia local, que forma a sus siervos en medio de ella, que es por medio de ella que envía a sus siervos a la obra misionera y que se revela a este mundo por esta misma. En consecuencia, nosotros daremos a la iglesia local su lugar preponderante como instrumento de Dios en esta tierra.

Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

Efesios 1:22-23 “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”.

Hechos 2:47 “alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo.  Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.

Hechos 13:1-3 “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquia, profetas y maestros ... Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo:  Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.  Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron”.

1 Timoteo 3:15 “para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.

Preeminencia de Jesucristo
Nosotros estamos aceptamos la preeminencia de Jesucristo en todo el plan redentor de Dios. Somos conscientes por Las Escrituras que sólo él es el único que puede hacer que todas las bendiciones de Dios lleguen hasta nosotros. Asimismo, creemos también que sólo a través de él Dios recibirá todo lo que nosotros queremos darle.  Por tanto, nuestra predicación, nuestra enseñanza, nuestra alabanza y todo nuestro ministerio será eminentemente cristocéntrico.

Colosenses 1:15-20 “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.  Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.  Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten, y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como los que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.
1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”.

Romanos 8:32 “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”.

1 Pedro 2:5 “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.

1 Corintios 2:1-5 “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.  Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.  Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”.

Efesios 5:19-20 “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

Colosenses 3:16-17 “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.  Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.

Enfoque en el nuevo nacimiento
La Biblia enseña claramente que si los seres humanos no nacen de nuevo no pueden ver ni entrar en el reino de Dios. Asimismo, es obvio en la Biblia que Dios está haciendo hoy por medio de Jesucristo nuevos seres humanos. Estos nuevos seres humanos llegan a ser hechos así a partir de que ponen en forma genuina su fe y confianza en el Hijo de Dios. Por tanto, nosotros queremos ministrar a todos los seres humanos con la expectativa de que el nuevo nacimiento sea una realidad en sus vidas. Creemos que sólo haciendo de esta manera, nuestro ministerio será exitoso en esta tierra y también en la eternidad.

Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo:  De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.

Juan 3:5 “Respondió Jesús:  De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.

2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

Efesios 4:22-24 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.

Juan 1:12-13 “Mas a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.

Gálatas 6:14-16 “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo, porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.  Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos y al Israel de Dios”.

Romanos 8:18-21 “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.  Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.  Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma serpa libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”.

Separación bíblica
Como cristianos estamos llamados a apartarnos del pecado y de los aquellos que llamándose hermanos no estén viviendo en conformidad con la conducta que Dios demanda de sus hijos. La Biblia nos enseña que esta separación es inherente a la nueva vida que hemos recibido. Sin embargo, nosotros creemos que también somos llamados a separarnos de los errores doctrinales y de todos aquellos que los promueven. En consecuencia, nosotros queremos que nuestra iglesia y todos los miembros de ella se mantengan alejados de personas, de grupos religiosos y de asociaciones que tengan errores morales, prácticos y doctrinales o que puedan comprometer nuestra fidelidad a las enseñanzas bíblicas.

Gálatas 1:6-9 “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.  No que haya otro, sino hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.  Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.  Como antes hemos dicho, también ahora lo repito:  Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”.

Romanos 6:1-2 “¿Qué, pues, diremos?  ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?  En ninguna manera.  Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”.

1 Corintios 5:11 “Mas bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”.

Romanos 16:17-18 “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.  Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos”.

2 Pedro 3:17 “Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza”.

2 Juan 9-11 “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.  Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis ¡Bienvenido!  Porque el que le dice:  ¡Bienvenido!  participa en sus malas obras”.

Amos 3:3 “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”.

Libertad responsable
Nuestra iglesia reconoce que Jesucristo nos ha hecho libres y nos ha llamado a vivir en libertad.  Empero, creemos que esta libertad es responsable y considerada. Esto significa que aunque somos libres para vivir haciendo el bien y todo aquello que no es pecado, buscaremos ejercer nuestra libertad teniendo el cuidado de no ser esclavos de nada ni de nadie. Asimismo, buscaremos no hacer aquello que no conviene o que puede hacer tropezar a nuestros hermanos o a los inconversos que nos rodean.

Juan 8:31-32 “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él:  Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”.

2 Corintios 3:17 “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.

1 Corintios 6:12 “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna”.

1 Corintios 10:23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”.

1 Corintios 8:9-13 “Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles”.

Gálatas 5:13 “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para servir a la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”.

1 Corintios 10:32 “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios”.

Inmersión diferenciada en el mundo
Nosotros consideramos que hemos sido enviados al mundo y queremos por tanto vivir inmersos en el mismo.  Esto significa que no nos aislaremos de este mundo, sino que buscaremos más y más el introducirnos y el vivir nuestra fe dentro del mismo. Haremos así porque somos la luz de este mundo y porque consideramos que nuestra presencia luminosa en cualquier ámbito de la vida humana es una responsabilidad ineludible. Sin embargo, nuestra inmersión en el mundo no implica que estemos dispuestos a ser mundanos o que seamos de este mundo. La Biblia nos ordena no amar este mundo ni a las cosas de este mundo. En consecuencia, nuestra inmersión en el mundo tiene necesariamente que mostrar que somos distintos de él y es así como queremos que nuestra iglesia y cada uno de los miembros de la misma participen en él.

Juan 17:15-18 “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.  No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.  Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.  Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”.

Marcos 16:15-16 “Y les dijo:  Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.  El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.

Filipenses 2:14-16 “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asido de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado”.

Mateo 5:14-16 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.  Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.  Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro padre que está en los cielos”.

Romanos 12:1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.  No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

1 Juan 2:15-17 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.  Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.  Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.  Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.

Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?  No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”.

Los instrumentos que usará la iglesia cristiana fiel al cumplir su objetivo supremo
Nuestra meta suprema tiene que ser cumplida usando instrumentos espirituales y bajo la indispensable dependencia y llenura del Espíritu Santo. Nosotros reconocemos que nuestro trabajo y todo el esfuerzo que hagamos en pro de esta meta será absolutamente en vano si es que Dios no nos ayuda y bendice. Por tanto, nosotros sólo usaremos los instrumentos espirituales señalados por la palabra de Dios y buscando siempre emplear los mismos bajo la llenura del Espíritu Santo.

2 Corintios 10:3-6 “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”.

Zacarías 4:6 “Entonces respondió y me habló diciendo:  Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice:  No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de  los ejércitos”.

Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.

Hechos 5:32 “Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen”.

Salmos 127:1 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; sí Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”.

Efesios 6:18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”.

Nosotros entendemos por la Biblia que nuestros instrumentos básicos son:

La palabra escrita de Dios
Nosotros predicaremos y enseñaremos la palabra de Dios. Difundiremos esta misma palabra por cualquier medio lícito posible. Buscaremos que todos en la iglesia crean, sepan, obedezcan y hablen la palabra escrita de Dios, que es la Biblia.

Santiago 1:18 “Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de su criaturas”.

1 Pedro 1:23 “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.

Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamiento y las intenciones del corazón”.

Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.

Hechos 20:32 “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con los santificados”.

Hechos 6:2, 4 “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron:  No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. ... Y nosotros persistiremos den la oración y en el ministerio de la palabra”.

La oración sentida y perseverante
Jesucristo nos mandó orar para no entrar en tentación. La Biblia contiene abundante enseñanza sobre la necesidad que tiene todo ser humano de orar siempre. En consecuencia y muy conciente de esa realidad, nosotros oraremos y clamaremos genuinamente a Dios a fin de que prospere todo nuestro ministerio.

Marcos 14:38 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.

Efesios 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas, que con denuedo hable de él, como debo hablar”.

Hechos 6:4 “Y nosotros persistiremos den la oración y en el ministerio de la palabra”.

1 Timoteo 2:1-2 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”.

Judas 20 “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”.

Romanos 8:26-27 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”.

Liderazgo apto limpio
La Biblia enseña claramente que Dios obra y extiende su reino a través de hombres y de mujeres escogidos por él. Estos hombres y mujeres son preparados por él mismo para la función que él les asigna. Empero, es responsabilidad de estos hombres y mujeres mantenerse aptos y limpios a fin de cumplir eficazmente la labor que él les ha encomendado. En consecuencia, nosotros buscaremos y usaremos como líderes en los diferentes programas y ministerios de nuestra iglesia a hombres y mujeres que tengan aptitud y santidad comprobada.

2 Timoteo 2:2 “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.

2 Timoteo 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.

Hechos 6:3 “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo”.

1 Corintios 4:1-2 “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.  Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”.

2 Timoteo 2:21 “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra”.

Todos los miembros de la iglesia
La Biblia enseña que Dios quiere que su iglesia le sirva y viva para él. Es más, es claro también que el crecimiento de la iglesia y del reino de Dios en la tierra depende del trabajo arduo de todos los miembros de la iglesia. En consecuencia, nosotros buscaremos que sean todos los miembros de la iglesia los que se involucren en el cumplimiento de nuestra meta suprema.

Efesios 4:12-16 “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.

Programas adecuados
Nosotros queremos cumplir nuestra meta suprema a través de programas, métodos, y acciones bíblicos adecuados. En consecuencia, elaboraremos a los mismos examinando bien la Biblia, la realidad de nuestra iglesia y el contexto cultural  en que vivimos.