jueves, 27 de febrero de 2014

Resumen de veinte días en Uruguay

Son 20 días en este país. Mi familia y yo estamos disfrutando del compañerismo, la hospitalidad y la obra de Dios en esta parte del mundo. ¿Qué hemos hecho hasta hoy?
Estos últimos tres días he ministrado el libro de Hechos a los obreros y obreras de la Misión Evangélica Uruguaya (MEU). Enseñé el libro en base a su contenido y su desafío misionero. El tema que compartí fue: El libro de Hechos como el manual inspirado para que los cristianos cumplamos la gran comisión a nivel local, nacional y mundial. Disfruté mucho aprendiendo al enseñar a mis hermanos y hermanas de este país. Los obreros y obreros de esta misión están haciendo un buen trabajo y estoy seguro que lo harán mucho mejor cada vez. Ha sido un privilegio conocerlos y crecer junto a ellos durante estos días. ¡Qué Dios los bendiga y siga usando grandemente!
He predicado en un campamento de niños. Fue un reto grande que cumplí con la ayuda de Dios. Los consejeros me dijeron que varios niños tomaron decisiones por Cristo. ¡Gloria a Dios por los niños!
He predicado hasta hoy en 7 iglesias. Animé a ellos a cumplir la gran comisión y oran para que Dios levante más obreros. ¿Hubo fruto? Sí. Sé de tres personas que aceptaron a Jesús. También, un joven llamado Maykol irá a Perú este 13 de Marzo para prepararse en el Seminario Bautista del Perú. Asimismo, hay otro joven con el cual mantendremos contacto y oración durante todo este año; si Dios lo confirma, también se preparará en Perú. ¡Gloria a Dios!
He conocido a varios buenos siervos y siervas de Dios. Estoy contento que Dios tiene trabajadores aquí. Hay esperanza para los uruguayos por estos siervos de Dios. Debemos orar para que haya más trabajadores y para que las iglesias sigan creciendo y contribuyendo con la gran comisión a nivel de Uruguay y el mundo con más obreros, más recursos y más oración.
También he descansado y hecho turismo en este precioso país.
Ustedes, que han contribuido con este viaje, ya con sus palabras de ánimo, o con sus ofrendas o con sus oraciones, tienen parte tanto en el trabajo como en el fruto que se está logrando aquí durante esta mi visita.
Me falta predicar en algunas iglesias, enseñar en el campamento de familias y predicar en la facultad de teología. Todavía tenemos trabajo en estos 12 días que nos quedan en este país. Sigan trabajando junto a nosotros con sus oraciones.
¡Muchas gracias y Dios les bendiga abundantemente, mis hermanos en Cristo!

Con aprecio,
Segundo Rodríguez


sábado, 22 de febrero de 2014

Primera semana completa y segundo Domingo en Uruguay

Después de reposar dos días como familia, y de disfrutar la hospitalidad de Pedro y su familia, quienes son nuestros anfitriones en este lindo país, emprendimos nuestro viaje a Treinta y tres. Viajamos por 5 horas en un cómodo bus y siendo testigos de un paisaje con un verdor impresionante.
Tuvimos ministerio con niños en el Campamento Betel. Allí, yo enseñé a los niños, que Dios es real y que su adversario el diablo también. Enseñé a ellos que la palabra a Dios y la obediencia a ella nos guían a Cristo para ser salvos y nos dan victoria contra el engaño y las maquinaciones del diablo. El director del campamento y las consejeros testificaron que hubieron varios niños que profesaron fe en Cristo. Es mi ruego a Dios, que los guarde y haga crecer su fe. Mi esposa sirvió como consejera. Mis hijos y yo cantamos y enseñamos tres himnos que cantamos en Perú. Fue muy edificante conocer a nuevos hermanos y hermanas y servir al Señor junto a ellos.
Del campamento Betel, Juan Manuel y Sandra, quienes son esposos, tienen una niña y viven en Vergara, nos llevaron a Vergara para predicar en la iglesia en la reunión de jóvenes del Sábado y en la reunión del Domingo por la mañana. El Vergara conocí al pastor Ricardo y a su esposa. A los jóvenes les hablé de la necesidad de orar por obreros. En la reunión dominical de la iglesia hablé sobre participar en misiones con oración y ofrendas. Fue un tiempo corto, pero muy provechoso. Tuvimos oportunidad de conocer más a Juan Manuel y a su esposa. Les animamos a seguir sirviendo a Dios con entusiasmo.

De Vergara, fui a la ciudad de Treinta y tres. Allí conocí al pastor Rubén Rodríguez, a su esposa Sara y a Victoria, su hija. El pastor Rubén y su familia nos recibieron y nos trataron con mucha amabilidad. Compartimos nuestros ministerios y compartimos la forma en que vemos la obra de Dios. Nuestras charlas con él y su esposa fueron muy edificantes. En la noche, me tocó predicar la palabra de Dios a los hermanos de la iglesia. Prediqué sobre lo que llamo “el ministerio de los esparcidos”, basado en la obra que hicieron los hermanos de Jerusalén luego de la persecución que sufrieron luego de la muerte de Esteban (Hechos 8:1-4; 11:19-21). La iglesia en Treinta y tres estaba llena (necesitan un local más espacioso, oremos para que lo tengan). Los hermanos me escucharon con atención y vi que captaron el desafío de la palabra de Dios. En la predicación presenté el evangelio y hubo un hombre que levantó la mano en señal de querer seguir a Cristo. El pastor Rubén habló un buen rato con él y testificó que el hombre aceptó a Cristo. ¡Gloria a Dios por eso!

Mi tiempo en Treinta y tres terminó el día Lunes. Disfruté de más conversaciones y más compañerismo con el pastor Rubén, su esposa y su hija. Dejé esa ciudad al atardecer y volví al Campamento Emanuel en Guasuvirá, Canelones, Uruguay, luego de un viaje de cinco horas.

Segundo Rodríguez

martes, 11 de febrero de 2014

Primer Domingo en Uruguay

Nos levantamos muy temprano porque nos recogerían a las 8 de la mañana para ir a servir en dos iglesias. Las 8 de la mañana en Uruguay es igual a las 5 de la mañana en Perú. Esto implica que nos levantamos a las 4 de la mañana de Perú o las 7 de la mañana de Uruguay.

El pastor Ovidio Acevedo, quien apacienta las congregaciones que visitaríamos, llegó a vernos a la 8 en punto. Gracias a Dios, nosotros, aunque teníamos sueño, estábamos listos para viajar. En el trayecto a la Iglesia Evangélica Emanuel de San Fernando, del Departamento de San José, Uruguay, que fue de una hora y media, Elena se durmió.

La Iglesia Evangélica Emanuel es una obra nueva de la Misión Evangélica Uruguaya. La Misión compró el local a una iglesia bautista que cayó en desgracia y se dispersó debido al pecado del varón que la dirigía. El pecado de este varón es un estorbo para el esfuerzo misionero y evangelístico que se está haciendo allí porque la gente de la comunidad aún recuerda lo que él hizo, aunque han pasado ya más de 10 años de eso. El pecado siempre hace eso, daña el testimonio del evangelio y estorba la obra de Dios en la vida de los que no siguen a Cristo.
Las hermanos que conocimos muy amables. Nos sentimos en familia porque somos familia. Cristo y su espíritu nos unen. En esta iglesia hablé de la escasez de obreros y de la necesidad de orar para Dios envíe más. Cuando nos presentamos como familia, cantamos el himno “!Oh que hermoso es ser un cristiano!”. Al final del servicio, tuvimos un tiempo de comunión con los hermanos y comimos un delicioso buffet.

Después de visitar esta iglesia, empezamos nuestro viaje a la Iglesia Evangélica Emanuel del Cerro, en el Departamento de Montevideo, Uruguay. Allí, conoceríamos a la familia del pastor Ovidio y almorzaríamos en su casa. Cuando llegamos, también fuimos recibidos con amabilidad y gentileza. La familia del pastor Ovidio reflejaba el amor de Cristo. El almuerzo fue delicioso y la comunión también. Luego, descansamos un poco, para estar reposados para el servicio nocturno.
El servicio fue muy bueno. Gracias a Dios, nosotros conocíamos todos los cantos que se cantaron. Cuando nos presentamos, Leneida y yo dimos nuestro testimonio. Yo hablé de mi salvación en Cristo y ella del porqué es que se casó conmigo. Luego de eso, se presentaron mis hijos. Finalizamos cantando el himno “No hay otro Jesucristo” (compuesto por el pastor Enoc Príncipe).

Mi mensaje se centró en ser un testimonio y en testificar de Cristo a los que no lo conocen. Los hermanos escucharon con atención la exposición de la palabra. El mensaje se prestaba también para presentar el evangelio y lo hice. En el servicio habían algunas visitas. Al finalizar, cuando hice la invitación, dos mujeres levantaron las manos indicando su deseo de seguir a Cristo. Fue un gozo ver esta respuesta en los oyentes.

Cuando terminó el servicio, hubo un tiempo de comunión con bocaditos incluidos. Se formaron grupos de conversación. Me gocé cuando vi al pastor Ovidio hablar con las personas que tomaron decisión por Cristo.

Emprendimos el retorno a nuestro hospedaje como a las 10 de la noche de Uruguay (7 de la noche de Perú). Llegamos a nuestro hospedaje en el campamento Emanuel en Guasuvirá como a las 11.30 de la noche. Estábamos muy cansados, pero muy contentos de haber predicado la palabra de Dios y de haber disfrutado del compañerismo de nuestros hermanos en Cristo. ¡Gracias a Dios por tanta bondad!

Por favor, al recordar a estas dos iglesias y al pastor Ovidio y su familia oremos por ellos. En especial, pidamos que Dios envíe un obrero para ser pastor en la Iglesia Evangélica Emanuel de San Fernando. Los hermanos quieren tener un siervo que los pastoree. Oremos también por el pastor Ovidio, para tenga fuerza y sabiduría para cuidar ambas congregaciones.

Segundo Rodríguez
evangelistasegundo@ministeriocombi.com

miércoles, 5 de febrero de 2014

Noticias de Enero y Oración por viaje de predicación a Uruguay

Este año 2014 tengo como metas: 1) promover entre las iglesias el ruego intenso para que Dios envíe más obreros a su mies (Mateo 9:37-38); 2) predicar y enseñar el llamamiento al ministerio (Isaías 6:8) y 3) convocar a hombres y mujeres de entre las iglesias a dedicarse al ministerio de predicación y enseñanza del evangelio de Jesucristo y la palabra de Dios (1 Corintios 9:13, 16).
Durante el mes que ha pasado Dios me ha dado la oportunidad de iniciar el cumplimiento de las tres metas indicadas en 12 iglesias y un campamento de jóvenes. Prediqué y enseñé en dos iglesias en Trujillo (IB Betel e IB La Esperanza), una iglesia en Piura (IB Adonai), cuatro iglesias en Paita (IB Maranatha, IB Betel, IB Vida Eterna e IB Jesús mi salvador) y cuatro iglesias en Lima (IB de Canta, IB El Retablo, IB Musa e IB Getsemaní).
Gracias a Dios, he visto buena recepción entre las iglesias al énfasis que estoy dando. Son varios los pastores que reconocen que los temas que estoy tratando han estado “olvidados” y “postergados”. También, he visto a los hermanos de las iglesias tomar el reto de orar por obreros para la mies en sus tiempos personales. Asimismo, he tenido diálogos con jóvenes varones que me han hecho preguntas respecto a ser un pastor o un misionero.

Estoy contento con haber añadido estas metas al total del ministerio de evangelista que Dios me hado. Ruego a Dios que mueva los corazones de aquellos que me oyen para que se dediquen al ministerio y se supla así la escasez de pastores y misioneros que hay el Perú y en otros países.
Por otro lado, en mi trabajo para el Seminario Bautista del Perú, tengo el objetivo de que haya más pastores e iglesias que aprecian, confían, oran, ofrendan, envían estudiantes y nos ven como sus  colaboradores en sus ministerios. El seminario tiene ya 42 años de ministerio y ha sido un gran instrumentos para preparar pastores y misioneros. Queremos seguir siendo útiles a Dios, a las iglesias y al mundo. Ayúdennos orando. Necesitamos el doble de lo que Dios nos ha dado hasta aquí para que podamos cumplir más efectivamente nuestro ministerio. Gracias a Dios, ya he hablado con varios pastores y hermanos de las iglesias y he visto su disposición para empezar a sostener nuestro ministerio.

En mi iglesia local, que ya tiene al pastor Juan Valderrama como pastor de la iglesia, la transición a su ministerio está ocurriendo con normalidad y muy buena expectativa. La iglesia tiene ánimo y hay muchas más personas que están asistiendo otra vez. Los pastores son muy importantes para la vitalidad de una iglesia. Estoy contento de que nuestra iglesia tenga un pastor. Oren por el pastor Juan y por nuestra iglesia. ¡Qué Dios nos ayude a cumplir juntos la gran comisión!

Por último, ruego sus oraciones a favor de mi viaje a Uruguay. Estaré en ese país desde el 7 de Febrero hasta el 11 de Marzo. Predicaré y enseñaré en un campamento de niños, un campamento de obreros, un campamento de familias, una nueva facultad de teología y en varias iglesias. Estaré muy ocupado durante la semana y durante los fines de semana… eso me gusta mucho. Oren por mí, para que Dios me sabiduría y poder para predicar y enseñar su palabra.

Gracias a Dios, mi familia estará conmigo. Estoy seguro que como familia, disfrutaremos de un gran y bendecido tiempo. Será nuestro primer viaje internacional como familia. Gracias por trabajar junto a nosotros con sus oraciones y ofrendas. Deseamos ser una bendición a nuestros hermanos y amigos de ese pequeño, pero tan secularizado país de esta parte del mundo.

Con mucho aprecio,
Segundo Rodríguez