En este párrafo del libro de Romanos, el Apóstol Pablo dio una exposición de cómo ingresaron al mundo tanto el pecado y la condenación como la justicia y la justificación. La exposición de pablo es magistral e inspirada por Dios. Lo que este párrafo dice es crucial tanto para la doctrina del pecado como para la doctrina de la salvación.
Ahora que el tema de la salvación se ha puesto en los foros públicos a través del internet, haremos muy bien si es que leemos, meditamos y tomamos en cuenta lo que escribió Pablo por inspiración divina.
Presento esta nota con el único
fin de que los cristianos que amamos a Dios, a Cristo y a la Biblia, tengamos
mucho cuidado con las voces y los escritos de aquellos que quieren leamos La
Biblia con ideas y conceptos que colisionan con párrafos clarísimos de ella.
La forma en que expongo el texto
es sencilla: 1) Lo cito tal como está en la versión Reina Valera del 60 y subrayo algunas palabras y frases claves; 2)
Enuncio las ideas clarísimas del texto y 3) Extraigo algunas conclusiones
básicas a partir de ese párrafo.
1) Romanos 5.12-21.
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por
el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron.
13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay
ley, no se inculpa de pecado.
14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los
que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del
que había de venir.
15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la
transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los
muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.
16 Y con el don no sucede como en el caso de uno que pecó; porque
ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el
don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho
más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de
la gracia y del don de la justicia.
18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a
todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los
hombres la justificación de vida.
19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos
fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos
serán constituidos justos.
20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando
el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la
gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor
nuestro.
2) Ideas clarísimas de este párrafo clave de la Biblia:
1. En este párrafo hay una explicación de cómo entró el pecado y sus
consecuencia a este mundo.
a. Lo que ingresó: El pecado, la muerte, el juicio, la condenación,
los hombres fuimos constituidos pecadores por un hombre, Adán.
Nadie está exento del pecado, la muerte, el juicio, la condenación y el
hecho de ser pecadores.
b. Los afectados: El mundo, todos los hombres, aun los que no
pecaron a la manera de la transgresión de Adán, los muchos.
Ningún hombre está exceptuado, todos estamos afectados. Todos
descendemos de Adán y es por eso que hemos heredado su pecado, su muerte y su
condenación.
c. La causa del ingreso: Un hombre, por la transgresión de aquel
uno, por uno que pecó, un solo pecado, por la transgresión de uno solo, por la
desobediencia de un hombre.
Adán y su acto de desobediencia a lo que Dios le dijo son la causa de
que el pecado, la muerte y la condenación hayan ingresado al mundo y afectado
trágica y mortalmente a todos los hombres.
2. En este párrafo hay una explicación también de cómo entró el don de
la justificación y sus beneficios a este mundo.
a. Lo que ingresó: El don, la gracia y el don de Dios, (la
oportunidad de que los hombres) reinarán en vida, la abundancia de la gracia y
del don de la justicia, la justicia de uno, la justificación de vida, (la
opción de ser) constituidos justos, la gracia.
La gracia salvadora de Dios ingresó a este mundo a través de
Jesucristo. Está disponible y es suficiente para salvar y bendecir a todo
hombre, dondequiera que estos se encuentren.
b. Los beneficiados: Los muchos, los que reciben la abundancia de
la gracia y del don de la justicia, a todos los hombres, los muchos.
El beneficio es para todos los hombres. La gracia y el don de Dios han
venido este mundo para todos, no solamente para unos pocos.
c. La razón del ingreso del don y la justificación: por la gracia
de un hombre, Jesucristo, a causa de muchas transgresiones, por uno solo
(Jesucristo), por la justicia de uno, por la obediencia de uno, mediante
Jesucristo (Señor nuestro).
Jesucristo, que fue enviado a este mundo para salvar a los pecadores,
es el único introductor de la gracia y la justificación. Nadie excepto él es el
salvador de todo hombre.
3. La idea central del pasaje es que tanto el pecado y sus
consecuencias como la justicia y sus beneficios están íntimamente relacionados
con los actos de Adán y de Jesucristo.
a. El acto de Adán.
Pecado.
Transgresión.
Pecó.
Desobediencia.
Estas palabras califican el acto de Adán de desobedecer el mandato que
Dios le dio en Génesis 2.16-17. Ese acto fue crucial. Todo lo que vino después
como consecuencia es resultado de aquel acto fatal de Adán.
b. El acto de Jesucristo.
Justicia.
Obediencia.
Estas dos palabras describen toda la conducta de Jesús, el Hijo de
Dios. Empero, dichas palabras se entienden mejor en el contexto de la muerte de
Jesucristo, que fue el acto cumbre y trascendental de obediencia a Dios, su
Padre. Jesucristo fue a la cruz para morir por los pecadores porque Dios así lo
mandó. Con este acto de obediencia, Jesucristo trajo para todos los hombres la
salvación y todas las bendiciones de Dios.
c. Expresiones claves.
Como.
Adán, el cual es figura del que
había de venir.
Porque si por la transgresión de
aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y
el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.
Pues si por la transgresión de
uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo.
Así que, como por la transgresión
de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia
de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
Así como el pecado reinó para
muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante
Jesucristo, Señor nuestro.
d. Un comentario pertinente.
No se puede limitar el acto desobediente
de Adán, que trajo pecado, muerte y condenación a todos los hombres, a solo una
porción de los hombres.
Tampoco se puede limitar el acto
obediente de Jesucristo, que trajo justicia, justificación y vida eterna a
todos los hombres, a solo una porción de ellos.
Si se limita a Adán, se limita a
Cristo. Si se limita a Cristo, se limita a Adán.
Tanto lo que Adán hizo como lo
que Cristo hizo alcanzan a todos los hombres.
4. La diferencia entre la impartición de pecado y condenación con la
impartición de justicia y justificación.
a. El pecado y sus consecuencias:
Adán.
Imputación.
A todos los hombres.
Por descendencia natural.
Sin necesidad de un acto
voluntario por parte de los descendientes.
La desobediencia de Adán trajo a todos los hombres condenación. Esta
condenación nos viene por imputación porque nosotros “estuvimos” en los lomos
de Adán. En consecuencia, la condenación no requiere “un acto” de desobediencia
personal del condenado. La condenación es heredada por todos los hombres por el
hecho concreto de que somos
descendientes de Adán.
b. La justicia y sus beneficios:
Jesucristo.
Imputación.
A todos los hombres.
No por descendencia natural.
Con el requisito de recepción
voluntaria por parte del que se beneficia de la justicia.
La obediencia de Cristo trajo la justificación (el ser declarados
justos, sin pecado, sin culpa y sin condenación delante de Dios) a todos los
hombres. Esta justificación es también posible por imputación: Dios nos imputa
la obediencia de Cristo y los beneficios de ella. Pero esta imputación no es
por descendencia natural, ya que no “descendemos” de Jesús como sí descendemos
de Adán. La justificación demanda un acto de fe para apropiarse ella.
C. La diferencia básica:
El pecado y sus consecuencias son
heredados por todos los hombres en una manera natural a partir de la
desobediencia de Adán.
La justicia y la justificación
que Dios da por medio de Jesucristo no se heredan naturalmente, para obtenerlas
hay que recibirlas voluntariamente.
3) Conclusiones objetivas a partir de este párrafo vital de la
Biblia.
Primera conclusión objetiva. Este párrafo es indispensable para
entender la relación que hay entre el pecado de Adán y sus consecuencias y la obediencia
de Jesucristo y sus beneficios. No hay otro texto como este párrafo.
Segunda conclusión objetiva. La interpretación literal y gramatical
del texto demanda que tomemos las palabras y sus significados sin anteponerles
significados preconcebidos para que digan lo que no dicen y sostengan lo que no
sostienen.
Tercera conclusión objetiva. Tanto la condenación como la salvación
vienen a todos los hombres por los actos de Adán y de Jesucristo. Por el acto
de desobediencia de Adán viene la condenación y por el acto de obediencia de
Jesús viene la salvación.
Cuarta conclusión objetiva. En la misma manera que todos los
hombres están en condenación por causa del pecado de Adán, todos los hombres
tienen “opción” de salvación gracias a la obediencia de Cristo.
Quinta conclusión objetiva. La recepción de condenación por todos
los hombres es por ser descendientes de Adán, sin que intervenga una
“recepción” voluntaria de ninguno de ellos. La salvación, en cambio, demanda
una recepción voluntaria del don de la salvación, ya que ningún ser humano
“desciende” naturalmente de Jesucristo.
Sexta conclusión objetiva. El párrafo examinado no limita la
condenación a todos los hombres, pero sí limita la salvación. La condenación es
a todos los hombres, pero la salvación, que vino a todos los hombres, está
limitada solamente a los que la reciben “voluntariamente” la abundancia de la
gracia y del don de la justicia.
Palabras finales.
Cada día que pasa me convenzo más
y más de la sencillez y de la claridad con la que Dios nos ha hablado a través
de la Biblia. La palabra de Dios no es complicada. Los hombres la complicamos.
La Biblia dice: “Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso”. Confiemos y parémonos
sobre las claras verdades de la Biblia, es mucho más seguro hacer así. ¡Qué
Dios nos ayude a ser bíblicos siempre!
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