lunes, 11 de junio de 2012

Romanos 5.12-21 y la doctrina de que Dios solamente ha obrado la salvación para algunos.

En este párrafo del libro de Romanos, el Apóstol Pablo dio una exposición de cómo ingresaron al mundo tanto el pecado y la condenación como la justicia y la justificación. La exposición de pablo es magistral e inspirada por Dios. Lo que este párrafo dice es crucial tanto para la doctrina del pecado como para la doctrina de la salvación.
Ahora que el tema de la salvación se ha puesto en los foros públicos a través del internet, haremos muy bien si es que leemos, meditamos y tomamos en cuenta lo que escribió Pablo por inspiración divina.
Presento esta nota con el único fin de que los cristianos que amamos a Dios, a Cristo y a la Biblia, tengamos mucho cuidado con las voces y los escritos de aquellos que quieren leamos La Biblia con ideas y conceptos que colisionan con párrafos clarísimos de ella.
La forma en que expongo el texto es sencilla: 1) Lo cito tal como está en la versión Reina Valera del 60 y subrayo algunas palabras y frases claves; 2) Enuncio las ideas clarísimas del texto y 3) Extraigo algunas conclusiones básicas a partir de ese párrafo.
1) Romanos 5.12-21.
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.
14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.
15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.
16 Y con el don no sucede como en el caso de uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
2) Ideas clarísimas de este párrafo clave de la Biblia:
1. En este párrafo hay una explicación de cómo entró el pecado y sus consecuencia a este mundo.
a. Lo que ingresó: El pecado, la muerte, el juicio, la condenación, los hombres fuimos constituidos pecadores por un hombre, Adán.
Nadie está exento del pecado, la muerte, el juicio, la condenación y el hecho de ser pecadores.
b. Los afectados: El mundo, todos los hombres, aun los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, los muchos.
Ningún hombre está exceptuado, todos estamos afectados. Todos descendemos de Adán y es por eso que hemos heredado su pecado, su muerte y su condenación.
c. La causa del ingreso: Un hombre, por la transgresión de aquel uno, por uno que pecó, un solo pecado, por la transgresión de uno solo, por la desobediencia de un hombre.
Adán y su acto de desobediencia a lo que Dios le dijo son la causa de que el pecado, la muerte y la condenación hayan ingresado al mundo y afectado trágica y mortalmente a todos los hombres.
2. En este párrafo hay una explicación también de cómo entró el don de la justificación y sus beneficios a este mundo.
a. Lo que ingresó: El don, la gracia y el don de Dios, (la oportunidad de que los hombres) reinarán en vida, la abundancia de la gracia y del don de la justicia, la justicia de uno, la justificación de vida, (la opción de ser) constituidos justos, la gracia.
La gracia salvadora de Dios ingresó a este mundo a través de Jesucristo. Está disponible y es suficiente para salvar y bendecir a todo hombre, dondequiera que estos se encuentren.
b. Los beneficiados: Los muchos, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia, a todos los hombres, los muchos.
El beneficio es para todos los hombres. La gracia y el don de Dios han venido este mundo para todos, no solamente para unos pocos.
c. La razón del ingreso del don y la justificación: por la gracia de un hombre, Jesucristo, a causa de muchas transgresiones, por uno solo (Jesucristo), por la justicia de uno, por la obediencia de uno, mediante Jesucristo (Señor nuestro).
Jesucristo, que fue enviado a este mundo para salvar a los pecadores, es el único introductor de la gracia y la justificación. Nadie excepto él es el salvador de todo hombre.
3. La idea central del pasaje es que tanto el pecado y sus consecuencias como la justicia y sus beneficios están íntimamente relacionados con los actos de Adán y de Jesucristo.
a. El acto de Adán.
Pecado.
Transgresión.
Pecó.
Desobediencia.
Estas palabras califican el acto de Adán de desobedecer el mandato que Dios le dio en Génesis 2.16-17. Ese acto fue crucial. Todo lo que vino después como consecuencia es resultado de aquel acto fatal de Adán.
b. El acto de Jesucristo.
Justicia.
Obediencia.
Estas dos palabras describen toda la conducta de Jesús, el Hijo de Dios. Empero, dichas palabras se entienden mejor en el contexto de la muerte de Jesucristo, que fue el acto cumbre y trascendental de obediencia a Dios, su Padre. Jesucristo fue a la cruz para morir por los pecadores porque Dios así lo mandó. Con este acto de obediencia, Jesucristo trajo para todos los hombres la salvación y todas las bendiciones de Dios.
c. Expresiones claves.
Como.
Adán, el cual es figura del que había de venir.
Porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.
Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo.
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
Así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
d. Un comentario pertinente.
No se puede limitar el acto desobediente de Adán, que trajo pecado, muerte y condenación a todos los hombres, a solo una porción de los hombres.
Tampoco se puede limitar el acto obediente de Jesucristo, que trajo justicia, justificación y vida eterna a todos los hombres, a solo una porción de ellos.
Si se limita a Adán, se limita a Cristo. Si se limita a Cristo, se limita a Adán.
Tanto lo que Adán hizo como lo que Cristo hizo alcanzan a todos los hombres.
4. La diferencia entre la impartición de pecado y condenación con la impartición de justicia y justificación.
a. El pecado y sus consecuencias:
Adán.
Imputación.
A todos los hombres.
Por descendencia natural.
Sin necesidad de un acto voluntario por parte de los descendientes.
La desobediencia de Adán trajo a todos los hombres condenación. Esta condenación nos viene por imputación porque nosotros “estuvimos” en los lomos de Adán. En consecuencia, la condenación no requiere “un acto” de desobediencia personal del condenado. La condenación es heredada por todos los hombres por el hecho  concreto de que somos descendientes de Adán.
b. La justicia y sus beneficios:
Jesucristo.
Imputación.
A todos los hombres.
No por descendencia natural.
Con el requisito de recepción voluntaria por parte del que se beneficia de la justicia.
La obediencia de Cristo trajo la justificación (el ser declarados justos, sin pecado, sin culpa y sin condenación delante de Dios) a todos los hombres. Esta justificación es también posible por imputación: Dios nos imputa la obediencia de Cristo y los beneficios de ella. Pero esta imputación no es por descendencia natural, ya que no “descendemos” de Jesús como sí descendemos de Adán. La justificación demanda un acto de fe para apropiarse ella.
C. La diferencia básica:
El pecado y sus consecuencias son heredados por todos los hombres en una manera natural a partir de la desobediencia de Adán.
La justicia y la justificación que Dios da por medio de Jesucristo no se heredan naturalmente, para obtenerlas hay que recibirlas voluntariamente.
3) Conclusiones objetivas a partir de este párrafo vital de la Biblia.
Primera conclusión objetiva. Este párrafo es indispensable para entender la relación que hay entre el pecado de Adán y sus consecuencias y la obediencia de Jesucristo y sus beneficios. No hay otro texto como este párrafo.
Segunda conclusión objetiva. La interpretación literal y gramatical del texto demanda que tomemos las palabras y sus significados sin anteponerles significados preconcebidos para que digan lo que no dicen y sostengan lo que no sostienen.
Tercera conclusión objetiva. Tanto la condenación como la salvación vienen a todos los hombres por los actos de Adán y de Jesucristo. Por el acto de desobediencia de Adán viene la condenación y por el acto de obediencia de Jesús viene la salvación.
Cuarta conclusión objetiva. En la misma manera que todos los hombres están en condenación por causa del pecado de Adán, todos los hombres tienen “opción” de salvación gracias a la obediencia de Cristo.
Quinta conclusión objetiva. La recepción de condenación por todos los hombres es por ser descendientes de Adán, sin que intervenga una “recepción” voluntaria de ninguno de ellos. La salvación, en cambio, demanda una recepción voluntaria del don de la salvación, ya que ningún ser humano “desciende” naturalmente de Jesucristo.
Sexta conclusión objetiva. El párrafo examinado no limita la condenación a todos los hombres, pero sí limita la salvación. La condenación es a todos los hombres, pero la salvación, que vino a todos los hombres, está limitada solamente a los que la reciben “voluntariamente” la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Palabras finales.
Cada día que pasa me convenzo más y más de la sencillez y de la claridad con la que Dios nos ha hablado a través de la Biblia. La palabra de Dios no es complicada. Los hombres la complicamos. La Biblia dice: “Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso”. Confiemos y parémonos sobre las claras verdades de la Biblia, es mucho más seguro hacer así. ¡Qué Dios nos ayude a ser bíblicos siempre!

miércoles, 15 de febrero de 2012

1 Timoteo 2.3-6

¡Otro texto bíblico que algunos quieren que leamos y entendamos en una nueva forma!
¿Dice 1 Timoteo 2.3-6 lo que dice o dice otra cosa? ¿Está su significado visible o invisible? ¿Todos pueden entenderlo o se requiere ser alguién especial? En el presente escrito intento dar una respuesta a las preguntas planteadas. Gracias por leer este mi aporte.

La lectura normal:
“Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de los cual se dio testimonio a su debido tiempo.”
La lectura “no normal”:
“Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere (desea íntima y profundamente, pero no ha decretado ni ha obrado realmente para) que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres (algunos hombres), Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos (Algunos hombres), de los cual se dio testimonio a su debido tiempo.”
Otra lectura no normal:
“Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos (algunos hombres, eso sí, de todo tipo: panaderos, carpinteros, abogados, ingenieros, etc.) sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres (algunos hombres), Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos (Algunos hombres), de los cual se dio testimonio a su debido tiempo.”
Observaciones:
1. Si leemos y entendemos 1 Timoteo 2.3-6 como está escrito: Dios quiere realmente y ha hecho todo lo que corresponde para que todos los hombres sean salvos, Jesucristo es salvador de todos los cristianos y de todos los hombres, pero solamente los cristianos son salvos, pues solamente ellos creen en él. Los hombres que no se salvan, no se salvan por su propia responsabilidad, la cual es creer genuinamente en aquel que fue enviado por Dios para salvar a los pecadores, este es Jesucristo.
2. Si leemos y entendemos 1 Timoteo 2.3-6 como está escrito: Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (tanto salvos como no salvos). Esto es muy importante ya que no se puede encontrar salvación sino por la mediación y la intercesión de Jesucristo. El no salvo necesita esa mediación e intercesión antes de ser salvo porque sin la mediación e intercesión de Jesucristo en ninguna manera podría ser salvo. El creyente, gracias a la mediación de Jesús antes que fuese salvo y salvo gracias a ella, ya como salvo, tiene la intercesión y la mediación de Jesucristo por toda la eternidad.
3. Si leemos 1 Timoteo 2.3-6 tal como se propone en la manera a la que yo llamó “no-normal”:
a. Dios quiere que todos los hombres sean salvos, pero su deseo no implica que haya hecho y haya provisto salvación para todos los hombres, sino solamente para algunos hombres.
b. Dios quiere que todos los hombres vengan al conocimiento de la verdad es una expresión de deseo, pero que no involucra acción, ya que Dios no ha provisto la manera en que todos los hombres vengan realmente al conocimiento de la verdad.
c. Jesucristo no es mediador entre Dios y los hombres, realmente él solamente es mediador entre Dios y algunos hombres.
d. Jesucristo no se dio en rescate por todos, él solamente se dio en rescate por algunos. Los demás hombres no tienen salvación, sino solamente condenación.
e. El Espíritu Santo, que habló a través de Pablo, dijo estas palabras que dicen lo que dicen, pero que no significan lo que significan. Él realmente no quiso que Pablo, ni sus lectores en ese tiempo, ni los lectores de todos los tiempos, entendiesen como está escrito. Lo que él realmente quería es que ese significado estuviese escondido entre esas palabras hasta que fuese descubierto por uno o más hombres singulares, especiales y con mayor porción del Espíritu que los demás cristianos.
f. Pablo, que escribió estas palabras bajo inspiración, no supo expresar el significado de la verdad de Dios con las palabras correctas y exactas y es por eso que no fue claro en este asunto tan trascendental.
g. Los que leen el párrafo examinado y lo entienden tal como está escrito, son ignorantes de la verdad de Dios, no entienden el evangelio ni la obra de Dios, él Espíritu Santo está apagado y no les está iluminando.
h. La gran multitud de hombres que se condenan, no se condenan porque han rechazado Jesucristo, sino porque estaban destinados para ser condenados. Como estaban destinados a ser condenados, no se proveyó salvación para ellos. Jesucristo, que es el único mediador y el único que podría salvarlos, no fue destinado para ellos. Su condenación, por tanto, es inevitable. Todos los llamados al arrepentimiento y a la conversión que se hacen en la Biblia a todos los hombres y en todo lugar, no son genuinos, son solamente una mera formalidad. La condenación no es absolutamente una responsabilidad del ser humano, sino de Dios.
4. Estoy haciendo mis observaciones como un lector cristiano común de la Biblia. Abro mi Biblia, leo lo que está escrito e interpreto el párrafo de acuerdo a las palabras que están escritas allí. El contexto me dirige a entender lo que está escrito con el significado normal de que todos es todos, los hombres es los hombres, uno es uno, solamente es solamente, Jesucristo es Jesucristo, etc.
Ya he escrito esto antes y lo escribo otra vez: siempre voy a interpretar el texto bíblico en su sentido normal y literal. Dios nos ha dado su palabra y su Espíritu para guiarnos. También nos ha dado maestros humanos para enseñarnos su palabra, pero estos maestros humanos pierden su autoridad cuando quieren que entendamos un significado que contradice lo que está escrito claramente. Yo no seguiré ese tipo de maestros, me quedo con lo que está visible y claro.
5. Los textos bíblicos se interpretan primero de acuerdo a su contexto cercano, luego en su contexto más amplio y, finalmente, en el contexto de toda la Biblia. Jamás un texto bíblico debe entrar en contradicción ni con su contexto cercano, ni con su contexto más amplio ni con el contexto de toda la Biblia.
¡Qué el Espíritu Santo nos enseñe y nos guié a toda verdad!
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestro corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1.19-21).

miércoles, 8 de febrero de 2012

¡Dijo realmente Jesús en Juan 3.16-18 lo que dijo y dice o dijo y dice otra cosa!

Siempre he leído y entendido Juan 3.16-18 así como está escrito:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de no envío Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios".

Pero ahora están diciendo algunos por allí, que esa lectura y ese entendimiento es incorrecto, que hay que leer Juan 3.16-18 en esta otra forma:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo de los elegidos, que ha dado a su Hijo unigénito al mundo de los elegidos, para que todo aquel del mundo de los elegidos que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envío Dios a su Hijo al mundo de los elegidos para condenar al mundo de los elegidos, sino para el mundo de los elegidos sea salvo por él. El que en él cree del mundo de los elegidos, no es condenado; pero el que no cree del mundo de los elegidos, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios".

O también en esta otra:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo (es decir, a toda la humanidad en general, pero no a todo ser humano en particular) que ha dado a su Hijo unigénito (a toda la humanidad en general, pero no a todo hombre en particular) para que todo aquel (de toda la humanidad en general, pero no de todo ser hombre en particular) que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de no envío Dios a su Hijo al mundo (a toda la humanidad en general, pero no a todo hombre en particular) para condenar al mundo (es decir, a toda la humanidad en general, pero no a todo hombre en particular), sino para que el mundo (es decir, toda la humanidad en general, pero no todo hombre en particular) sea salvo por él. El que en él cree (de toda la humanidad en general, pero no de todo hombre en particular), no es condenado; pero el que no cree (de toda la humanidad en general, pero no de todo hombre en particular), ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios".

Hace un buen tiempo decidí que siempre voy a creer lo que es claro y obvio en la Biblia.

Dios inspiró su palabra en el lenguaje común, para que su mensaje sea comprendido por todas y cada una de las personas de este mundo sin distinción. Como tengo esa manera de pensar, nunca quiero ir en contra de lo que dijo Jesús en forma clara y directa.

También, Dios soberanamente ha obrado y sigue obrando en el mundo para que su palabra se traduzca fielmente en todos los idiomas en que hablan los hombres. Dios hace esto para que todos tengan la oportunidad de leer, entender, creer y obedecer su palabra. Si esta es su intención y deseo, ¿cómo puedo yo decir que lo que Dios dijo claramente, realmente no lo dijo? ¿Cómo puede un predicador de la Biblia pararse ante las personas con una Biblia en la mano para decirles a ellos que lo que ella dice realmente no dice?

Dejemos que la Biblia siga hablando a los hombres como lo ha venido haciendo por años. Dejemos que Juan 3.16-18 diga lo que dice. Escuchemos a Jesús diciendo lo que dijo y dice en la Biblia. Permitamos que el Espíritu Santo use lo que dijo y dice Jesús en este párrafo para seguir convenciendo de pecado, justicia y juicio al mundo.

No sé qué es lo que van a hacer otros, pero yo todavía prefiero leer y entender Juan 3.16-18 cómo he leído y entendido siempre. Jamás quiero leer, interpretar y entender las escrituras en una forma tal que niegue su lenguaje claro y llano. ¡Qué Dios me ayude! 

sábado, 14 de enero de 2012

Fundamentos soteriológicos de la fe cristiana

“Las bases que sostienen la salvación que disfrutamos los que creemos y seguimos a Jesucristo”.

El tema que vamos a tratar en este documento es vital. Jesús contó una parábola que ilustra y nos permite “ver” lo importante que es nuestro tema (Mateo 7.24-29). La ruina o la prosperidad de una casa dependen de su fundamento. Pasa lo mismo en la fe cristiana con respecto a la salvación.
La salvación no es por obras, ni por ser infalibles, es por gracia por medio de la fe. Estar errados en ésta (u otra) doctrina) no va a quitarnos la salvación, pero sí va a afectar nuestro modo de vivirla, de anunciarla y de defenderla.
Es nuestro modo de vivir y de servir a Dios el que están juego. Podemos vivir agradándole o desagradándole. Podemos dar una imagen real de Dios o podemos dar una imagen distorsionada de él. Nuestros errores de interpretación de Dios y de lo que él ha dicho son fatales. Por eso, en este escrito presento los fundamentos soteriológicos de fe cristiana como un trípode uniforme. Esto será claro al final del escrito.
El título de nuestro tema necesita ser definido, aclarado y comprendido. Para eso necesitaremos un diccionario y un poquito de sentido común. El diccionario y el sentido común nos dicen que los fundamentos son los que se ponen antes de empezar cualquier construcción. En razón de esto, la firmeza y la estabilidad de un edificio dependen sobremanera de los fundamentos.
En el caso de nosotros, lo que intentamos saber y confirmar durante esta charla es sobre qué fundamentos se sostiene la salvación de los cristianos. ¿Cuáles son los fundamentos que sostienen la salvación que creemos, esperamos, proclamamos y vivimos los que seguimos a Jesucristo?
Este un tema difícil y son muchos los que lo han explicado, explican y explicarán. Todo lo que se diga respecto a este tema tiene que ser sustentado en la Biblia. Esto es justamente lo que yo intento hacer ahora.
Estoy seguro que no lograré satisfacer a todos, eso me entristece. Empero, me esforzaré en presentar lo que considero es obvio e irrefutable en la Biblia. Personalmente, como maestro y predicador de la Biblia, estoy decidido a decir con certeza y convicción aquello que es claro, obvio e indiscutible.
Veamos lo que es claro en la Biblia respecto a la salvación de Dios y que constituyen a su vez los fundamentos que sostienen la doctrina de la salvación en la fe cristiana.
1. El primer fundamento: Dios, el salvador.
En la Biblia, Dios es el principio y la causa de todo lo que existe. Todo empieza, se sostiene y termina con él. Solamente él no comienza con nadie. Su nombre es Jehová, que significa Yo Soy el que Soy (Éxodo 3.13-15). Lo que nos está diciendo Dios con este nombre es que existe por sí mismo y que no depende de nadie más que de él mismo.
Los cielos y la tierra y todo lo que existe en ellos empezó con Dios (Génesis 1.1). La vida vegetal, acuática, voladora y terrestre empieza con Dios (Génesis 1.11, 20, 24). El ser humano empieza, subsiste y subsistirá por Dios (Génesis 1.26). La familia empieza y termina con Dios (Génesis 2.22). En estas y muchas otras cosas, todo empieza con Dios. Dios siempre es primero.
En la doctrina de salvación, todo empieza, es posible, se sostiene y termina con Dios. El testimonio bíblico al respecto es abundante. No hay salvación fuera de Dios y su obra. Dios y tan solamente Dios hacen posible la salvación de todo ser humano.
Veamos algunos textos del Antiguo Testamento al respecto: Génesis 49.18; Éxodo 14.13, 15.2; Salmo 27.1, 62.1; Isaías 12.2, 52.10; Habacuc 3.18
En el Nuevo Testamento, la mayoría de los textos referentes a Dios y a la salvación están ligados total e indispensablemente a Jesucristo, que fue enviado por Dios para hacer efectiva la salvación de los pecadores.
Veamos algunos pasajes:
1. Lucas 1.71, 77; 2.30; 19.9
2. 1 Pedro 1.17-21
3. Apocalipsis 13.18
4. Hechos 2.23
Hasta los salvos son salvos, según la Biblia, por la elección y la predestinación divina. Este hecho es innegable e irrefutable, tal es así, que los salvos son llamados muchas veces, escogidos. Veamos algunos textos:
1. Romanos 8.28-30
2. Efesios 1.3-14
3. Juan 13.18, 15.16
4. 1 Pedro 1.2
5. Mateo 24.22, 24, 31; Marcos 13.27; Lucas 18.7; Apocalipsis 17.14
6. Romanos 11.7; Colosenses 3.12; Tito 1.2
7. 2 Tesalonicenses 2.13

Es claro y obvio en la Biblia que Dios planea, ejecuta, aplica, provee y salva a todo hombre que necesita ser salvo. Por eso, la Biblia siempre declara que él tiene que ser glorificado por los salvos y por toda la creación. Dios es el único que merece la gloria, la honra y la alabanza. Nadie excepto él tiene que ser objeto de nuestra adoración y la alabanza y eso es justamente lo que haremos los salvos una vez que se termine el presente orden y se dé inicio a la eternidad.

Juan 3.16; Romanos 5.8; Apocalipsis 5.9-10, 12-13

2. El segundo fundamento: El hombre, él necesitado y beneficiado de la salvación de Dios.

¿Cuál es el rol del hombre en la salvación? ¿Qué es lo que hace él o es que no hace nada? En el primer fundamento no hay discusión alguna. Nadie puede decir que la salvación no es de Dios y estoy seguro de que nadie sería capaz de proponer que otro tenga parte en la salvación y se apropie así de la gloria de Dios.

Vamos a ver lo que dice la Biblia respecto al rol del hombre en su propia salvación y en la salvación de otros. Vamos a ver qué es lo que dice Dios respecto a cuál es la parte del hombre en su plan de salvación.
1. El hombre necesita salvación dice la Biblia. (Lucas 19.10; Romanos 5.12-21).
2. El hombre no puede hacer posible su salvación por sí mismo. (Marcos 10.23-27).
3. El hombre tiene que cumplir las demandas de Dios para su salvación. (Juan 1.12-13, 3.14-21, 5.24; Marcos 16.16; Hechos 2.38).
4. El hombre es el instrumento de Dios para llevar salvación a otros hombres. (Juan 17.20; Hechos 9.15-16; Romanos 10.14-15).
5. El hombre le da gloria a Dios por la salvación. (1 Corintios 1.26-31; 2 Corintios 9.13; 1 Tesalonicenses 1.3-12).
6. El hombre es recompensado por Dios por ser su instrumento en la salvación (Marcos 10.28-31; 1 Corintios 3.8-15).

¿Se pueden negar estas realidades bíblicas con respecto al hombre y la salvación? Sí se pueden negar y contradecir, pero no con una correcta interpretación de la Biblia.

Los textos son claros. El hombre es vital en su salvación y en la salvación de otros. Es así porque Dios lo ha querido, no porque el hombre mismo sea indispensable. Dios hizo todo lo que existe (incluyendo a la humanidad) sin la ayuda del hombre y podría salvar a los hombres y establecer su reino en este mundo sin la ayuda de ellos.

Pero Dios ha decidido usar al hombre y en este sentido el hombre tiene que cumplir el rol que Dios ha establecido para él. El hombre debe creer para ser salvo. También, el hombre salvo debe predicar el evangelio para que otros hombres sean salvos.

Negar estas realidades va totalmente en contra de Dios y su palabra. Los seguidores de Jesucristo debemos esforzarnos para decir lo que dice la Biblia. Ni más ni menos que eso.

3. El tercer fundamento: Dios y el hombre cooperando y trabajando "juntos" en el establecimiento del reino de Dios en la vida de los hombres y de todo el universo creado.
Esta idea es una idea presente a lo largo de toda la historia narrada en la Biblia. Vamos a examinar algunos textos para demostrarlo:

1. Para proveer el salvador “requirió” de una mujer (Génesis 3.15; Isaías 7.14; Lucas 1.31-35; Mateo 1.23).
2. Para que el linaje humano no fuese exterminado y desaparecido de sobre la faz de la tierra “requirió” de Noé (Génesis 6.13-22).
3. Para que Israel se fundase trabajó junto a Abraham y los patriarcas (Génesis 12.1-9, 15.18-21, 22.15-18).
4. Para que Israel fuese liberado de Egipto trabajó con Moisés y Aarón (Éxodo 3-4).
5. Para dirigir a su pueblo cuando ya fue una nación usó a diferentes hombres: sacerdotes y levitas, jueces, reyes y profetas.
6. Para juzgarla por su idolatría y rebeldía constante y hasta para restaurarla usó a reyes y a naciones paganas.
7. Para introducir el mensaje de Jesucristo a este mundo trabajó junto a los apóstoles y la iglesia primitiva. (Marcos 16.14-20; Hechos 1.8, 5.29-32; Hebreos 2.1-4; 1 Corintios 3.5-7).
8. Para salvar a las personas que van a entrar al reino de los cielos “necesita” que éstas cumplan con sus exigencias y demandas. (Lucas 13.1-5; Hechos 16.31; Romanos 10.13).
9. Para que sigan habiendo hombres que se salvan “sigue necesitando” de hombres e iglesias que cumplan con llevar adelante la gran comisión. (Lucas 24.47; Romanos 10.14-17).

¿Podría hacer Dios estas cosas sin la ayuda del hombre? Seguro que sí. ¿Eso quiere decir entonces que como Dios no necesita del hombre ni requiere de su ayuda; no lo usa, no le pide nada y tampoco le exige nada?

Me parece que la Biblia en ninguna manera sostiene que Dios no usa,  no pide y no exige nada del hombre. Al contrario, hay textos bíblicos claros y obvios en lo que se afirma en que Dios quiere y busca al hombre para que juntos “consigan” el establecimiento de su voluntad en la tierra. (Isaías 6.8; Juan 17.18-21).

Como esto es claro en la Biblia, algunos dicen entonces que el hombre hace estas cosas porque Dios es quien hace que ellos las hagan. Eso quiere decir que como ellos no las hacen, si no que es Dios quien hace que las hagan, lo que hacen también es de Dios.

Veamos algunos textos respecto a qué dice Dios respecto a algunas acciones que el hombre hace y que él quiere que hagan:

1. Creer y fe. (Génesis 15.6; Marcos 2.5). En ambos pasajes, la fe pertenecen a los que la tuvieron.
2. Arrepentimiento. (Hechos 2.41). El arrepentimiento fue de los que se arrepintieron.

Conclusión.

En forma básica, esta exposición se ha movido alrededor de estas verdades fundamentales:

1. Dios es el salvador, de él y sólo de él es la salvación. Nadie puede ser salvo, nadie es salvo, ni nadie será salvo sin él. Sólo él es el autor de la salvación. Él solo tiene que ser glorificado y honrado por su salvación.

2. El hombre responde a la salvación de Dios y se salva cumpliendo con las condiciones que Dios ha establecido para eso. Si el hombre no cumple con creer, arrepentirse y “muestra” ambas cosas con una vida nueva, no será salvo jamás.

3. Dios y el hombre actúan en armonía en la salvación. Son colaboradores y trabajan juntos. Sin que esto signifique que Dios se hace menos Dios ni que el hombre se haga Dios o le quite algo a Dios. Ambos mantienen cada uno su dignidad y esencia.

La palabra escrita de Dios es la fuente de estas tres verdades fundamentales, pero no solo de estas, sino de todas aquellas que debemos creer y vivir.

Cuídemonos de interpretar la Biblia con nuestra filosofía y lógica. Nuestra hermeneútica debe interpretar La Escritura con la misma Escritura. La Escritura no puede ser quebrantada. Si vamos a tener un lente para ver mejor la palabra, que sea el lente de la palabra misma.

Es muy seguro que no he satisfecho a todos con lo que he expuesto y he escrito sobre este tema. Si alguno tiene una explicación mejor, que la dé y la sustente en la Biblia. Eso sí, lo que pido es que no enfaticemos un fundamento en desmedro de otro fundamento.

Una casa, para que sea firme, requiere que sus fundamentos sean firmes e iguales de consistentes. La fe cristiana es así también. Todas sus verdades deben ser firmes e iguales de consistentes. NInguna verdad se debe sostener en desmedro de otra verdad.

¡Qué Dios nos ayude a hacer conforme a la palabra de Dios!