¿Hay Señor algo aquí que a ti se pueda comparar?
I
¿El
poseer o tener a nuestra completa disposición todo
este mundo de vanidad?
¿O
el contar con todo el respeto y la admiración de
toda la humanidad?
¿O
el entender y conocer todos y cada uno de los misterios de
todo este complejo universo sin igual?
¿El
gozar de todos los deleites y de todas las comodidades que
en este presuntuoso mundo se pueda encontrar?
¿O
el obtener los bienes más preciados y valiosos que
el hombre jamás haya podido nunca soñar?
¿O
el disfrutar de la compañía y la amistad de
los personajes más reconocidos de este siglo que
pronto ha de terminar?
¿Las cosas alistadas en todas las preguntas planteadas podrán
compararse a ti, Gran Señor?
II
¡Qué‚
profunda es esta pregunta, Señor!
Y
para poderla acertadamente responder,
Pensar
detenidamente en lo que tú eres he;
Porque
pensando cuidadosamente en lo que tú eres, Señor,
Con
un juicio correcto de contestar he,
Si
es que hay algo aquí que semejante a ti pueda ser
¡Ayúdame
a resolver la interrogante, oh Señor!
III
Eres
el Unigénito Hijo de Dios y mirándote nosotros a ti; podemos
todos por siempre otra vez a
Dios mismo volver a ver.
Eres
el Hijo del Hombre y hallándote nosotros a ti; encontramos
al hombre real y original, y
al que todos nos debemos conformar.
Eres
el Gran Creador y creyendo nosotros en ti, comprendemos
al universo como lo quieres tú, y comprendiéndolo nosotros así, lo podemos realmente señorear.
IV
Eres
la fuente de toda vida y viviendo nosotros en ti, tendremos
otra vez ya desde aquí,
la vida que perdimos por pecar.
la vida que perdimos por pecar.
Eres
el que Moriste en cruenta cruz y teniendo fe nosotros en ti, perdonados
por tu preciosa sangre vamos a ser y
nuevamente limpios tú nos vas a ver.
Eres
el Camino Seguro hasta Dios y transitando nosotros por ti, andamos
sin el peligro de perdernos ya nunca más, hasta
con Dios mismo ir a habitar.
V
Eres
la Luz de este oscuro mundo y alumbrados nosotros por ti, podemos
de nuestra vida para siempre sacar, las
sombras que la quieren hoy ocupar.
Eres
el Buen Pastor y guiados y apacentados nosotros por ti, los
dulces pastos y las refrescantes aguas, vamos
por siempre a disfrutar.
Eres
la Bendita Resurrección y muriendo nosotros en ti, en
el tenebroso sepulcro la muerte no nos podrá ya
por mucho tiempo retener.
VI
Eres
el Alfa y la Omega y afirmados nosotros en ti, volvemos al principio y fin original que
perdimos por a Dios abandonar.
Eres
el Pan de Vida y comiendo nosotros de ti, saciados
por siempre vamos aquí y
en la eternidad a vivir.
Eres
Manantial de Agua de Vida y bebiendo nosotros de ti, ríos
de agua viva de nuestro interior van a fluir y
nunca más de sed volveremos ya a sufrir.
VII
Eres
Mediador Eficaz y teniéndote a nuestro favor nosotros a ti, nunca
el justo e iracundo juicio de Dios volveremos
más a enfrentar.
Eres
Aquel que Ya Pronto Viene y esperando nosotros a ti confiados
y optimistas en este sufrido mundo vamos
todos a vivir.
Eres el que tiene la fuerza que fortalece a los hijos de Dios y teniendo nosotros nuestras fuerzas de ti y en ti, victoriosos por siempre contra la carne, el mundo y el Diablo, nosotros vamos a ser.
VIII
¡Sí!,
¡sí! Esto... y mucho más es lo que tú eres, Señor!
Por
esto con toda certeza puedo hoy contestar he:
Que
no hay nada aquí que se te pueda
asemejar y mucho menos comparar.
Es
a ti, por tanto, a quien yo por siempre debo seguir;
Y
a quien toda mi vida voy a servir;
Porque
solamente haciendo yo así,
Con gozo perpetuo voy a vivir.
IX
¡Oh
Señor! Porque no hay nada que se
te pueda comparar;
Ayúdame
para que mientras viva yo por aquí:
Crecer en conocerte y en entenderte más y más pueda buscar.
Porque haciendo yo esto aquí,
Más
confiadamente la lucha contra Satanás y el mal voy a pelear.
De
manera que ya nunca, mientras viva yo aquí,
A
este mundo vacío y pasajero me vuelva nuevamente a conformar.
Porque aunque tenga que vivir aquí,
Hasta
que tú a tu Iglesia vengas ya a buscar y al cielo llevar,
Siempre
pueda yo a
todos constantemente afirmar:
¡Qué no hay nada aquí que se pueda a ti, oh gran Señor y poderoso salvador,
Nunca jamás comparar!
Trujillo,
6 de octubre de 1994
No hay comentarios:
Publicar un comentario