jueves, 11 de abril de 2013

¿Hay Señor algo aquí que a ti se pueda comparar?

I
¿El poseer o tener a nuestra completa disposición todo este mundo de vanidad?
¿O el contar con todo el respeto y la admiración de toda la humanidad?
¿O el entender y conocer todos y cada uno de los misterios de todo este complejo universo sin igual?
¿El gozar de todos los deleites y de todas las comodidades que en este presuntuoso mundo se pueda encontrar?
¿O el obtener los bienes más preciados y valiosos que el hombre jamás haya podido nunca soñar?
¿O el disfrutar de la compañía y la amistad de los personajes más reconocidos de este siglo que pronto ha de terminar?
¿Las cosas alistadas en todas las preguntas planteadas podrán compararse a ti, Gran Señor?
II
¡Qué‚ profunda es esta pregunta, Señor!
Y para poderla acertadamente responder,
Pensar detenidamente en lo que tú eres he;
Porque pensando cuidadosamente en lo que tú eres, Señor,
Con un juicio correcto de contestar he,
Si es que hay algo aquí que semejante a ti pueda ser
¡Ayúdame a resolver la interrogante, oh Señor!
III
Eres el Unigénito Hijo de Dios y mirándote nosotros a ti; podemos todos por siempre otra vez a Dios mismo volver a ver.
Eres el Hijo del Hombre y hallándote nosotros a ti; encontramos al hombre real y original, y al que todos nos debemos conformar.
Eres el Gran Creador y creyendo nosotros en ti, comprendemos al universo como lo quieres tú, y comprendiéndolo nosotros así, lo podemos realmente señorear.
IV
Eres la fuente de toda vida y viviendo nosotros en ti, tendremos otra vez ya desde aquí,
la vida que perdimos por pecar.
Eres el que Moriste en cruenta cruz y teniendo fe nosotros en ti, perdonados por tu preciosa sangre vamos a ser y nuevamente limpios tú nos vas a ver.
Eres el Camino Seguro hasta Dios y transitando nosotros por ti, andamos sin el peligro de perdernos ya nunca más, hasta con Dios mismo ir a habitar.
V
Eres la Luz de este oscuro mundo y alumbrados nosotros por ti, podemos de nuestra vida para siempre sacar, las sombras que la quieren hoy ocupar.
Eres el Buen Pastor y guiados y apacentados nosotros por ti, los dulces pastos y las refrescantes aguas, vamos por siempre a disfrutar.
Eres la Bendita Resurrección y muriendo nosotros en ti, en el tenebroso sepulcro la muerte no nos podrá ya por mucho tiempo retener.
VI
Eres el Alfa y la Omega y afirmados nosotros en ti, volvemos  al principio y fin original que perdimos por a Dios abandonar.
Eres el Pan de Vida y comiendo nosotros de ti, saciados por siempre vamos aquí y en la eternidad a vivir.
Eres Manantial de Agua de Vida y bebiendo nosotros de ti, ríos de agua viva de nuestro interior van a fluir y nunca más de sed volveremos ya a sufrir.
VII
Eres Mediador Eficaz y teniéndote a nuestro favor nosotros a ti, nunca el justo e iracundo juicio de Dios volveremos más a enfrentar.
Eres Aquel que Ya Pronto Viene y esperando nosotros a ti confiados y optimistas en este sufrido mundo vamos todos a vivir.
Eres el que tiene la fuerza que fortalece a los hijos de Dios y teniendo nosotros nuestras fuerzas de ti y en ti, victoriosos por siempre contra la carne, el mundo y el Diablo, nosotros vamos a ser.
VIII
¡Sí!, ¡sí! Esto... y mucho más es lo que tú eres, Señor!
Por esto con toda certeza puedo hoy contestar he:
Que no hay nada aquí que se te  pueda asemejar y mucho menos comparar.
Es a ti, por tanto, a quien yo por siempre debo seguir;
Y a quien toda mi vida voy a servir;
Porque solamente haciendo yo así,
Con gozo perpetuo voy a vivir.
IX
¡Oh Señor! Porque no hay nada que se te pueda comparar;
Ayúdame para que mientras viva yo por aquí:
Crecer en conocerte y en entenderte más y más pueda buscar.
Porque haciendo yo esto aquí,
Más confiadamente la lucha contra Satanás y el mal voy a pelear.
De manera que ya nunca, mientras viva yo aquí,
A este mundo vacío y pasajero me vuelva nuevamente a conformar.
Porque aunque tenga que vivir aquí,
Hasta que tú a tu Iglesia vengas ya a buscar y al cielo llevar,
Siempre pueda yo a todos constantemente afirmar:
¡Qué no hay nada aquí que se pueda a ti, oh gran Señor y poderoso salvador,
Nunca jamás comparar!
 
Trujillo, 6 de octubre de 1994

No hay comentarios:

Publicar un comentario