miércoles, 29 de diciembre de 2010

Dios está buscando personas como Nehemías

Nehemías: El hombre de Dios que encabezó la restauración de Jerusalén
(Nehemías 1:1-11).

Dios siempre quiere que su pueblo esté mostrando su poder y su gloria a través de su buena conducta.

Había transcurrido mucho tiempo desde que su juicio sobre los judíos se había consumado; era ya el momento de restaurar a la nación.

Era el tiempo de restaurarla porque los judíos y la ciudad de Jerusalén, tal como nos dice el relato bíblico, se encontraba en una situación muy bochornosa.

Los testigos de estos hechos dijeron a Nehemías: “El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas por el fuego”(1:3).

Para un trabajo tan importante, Dios necesitaba de un hombre, un hombre que se involucrará y se entregará con todo su corazón a restaurar el símbolo de la vida religiosa y píadosa de los judíos: la ciudad santa de Jerusalén.

El hombre que Dios usó para esta importante misión fue Nehemías. ¿Porqué él, y no otro? La repuesta a esta interrogante se encuentra en el capítulo 1 y en todo el libro de Nehemías.

En el tiempo presente. Dios desea también tener a su iglesia en todo su poder y mostrando toda la gloria de la que él mismo la ha revestido.

La iglesia, al igual que el pueblo judío, también es muchas veces desobediente y rebelde. Por está causa Dios juzga a su iglesia y la pone entre los hombres como objeto de vituperio y burla.

¿No se burla la gente de este mundo cuando oye y ve que los hijos de los cristianos se comportan moralmente peor que los hijos de los que no siguen a Cristo?

¿No es vitupereada la palabra de Dios y el propio Señor Jesucristo cuando una familia de cristianos es desvastada por el divorcio de los esposos?

¿Acaso no se ríen los no cristianos de la palabra de Dios cuando un pastor deja a su esposa y se va con la esposa de su diácono?

Podríamos alistar una serie de hechos mostrar como el mundo recibe "motivos" para menospreciar a los cristianos y burlarse de ellos.

Mas Dios no quiere que su iglesia viva así por siempre. Al contrario, Dios quiere que su iglesia sea siempre poderosa y victoriosa.

Actitudes y gestos como las del pastor aquel que intentó quemar el Korán como una manera de conmemorar el atentado de las torres gemelas de Nueva York dañan el testimonio del evangelio y desacreditan lo que la Biblia dice, lo cual a su vez afecta la manera en que el mundo ve a los cristianos.

Esto a su vez afecta al cristiano que tiene que enfrentarse ante las personas de este mundo día a día. Dicha afectación se nota en que a muchos cristianos les falta el gozo y el vigor que siempre han acompañado a los hijos de Dios al andar en este mundo que es adverso a Jesús.

Por está causa, el testimonio de Jesucristo y de su evangelio está venido a menos en muchas de las ciudades de este mundo.

Es tiempo de que los cristianos nos preocupemos y trabajemos arduamente para restaurar la vida espiritual de la iglesia y del evangelio en dondequiera que nos encontremos.

Al igual que antes, Dios está buscando hoy hombres y mujeres que sean sus intrumentos para realizar este importante trabajo. ¿Estamos nosotros dispuestos a que Dios nos use en la restauración del testimonio de la gloria de Su Hijo Jesucristo y del evangelio que él trajo a este mundo en oscuridad?

Si nosotros estamos interesados en ser los instrumentos de Dios para hacer realidad esta restauración, este libro de Nehemías nos ayudará mucho. En especial el capítulo 1, que es el capítulo en el que se nos muesta las características básicas y fundamentales del hombre(s) o mujer(es) que Dios que Dios usa para hacer trabajos de esta índole.

Las características básicas que tuvo Nehemías, y que le permitieron ser el instrumento de Dios para restaurar el testimonio de su sufrido y derrotado pueblo fueron:

1.Interés genuino por la condición de vida de sus hermanos (1:1-3)

2.Sufrimiento, angustia y dolor por el mal y la afrenta en las que se encontraban sus hermanos (1:4).

3.Intercesión reverente, escrituraría, humilde y empática ante Dios por sus hemanos (1:5-11).

4.Disposición a involucrarse personalmente en el grupo de todos los que estaban interesados en la restauración de la ciudad y el testimonio de sus hermanos (1:11).

Recordemos que estas mismas características quiere ver Dios en nosotros hoy para que nos considere como dignos de realizar la labor de restaurar el testimonio de Jesucristo y de la iglesia que él ha comprado con su sangre.

Se necesitan más y más cristianos con las características antes anunciadas. Hoy hay una gran necesidad de hombres que sean como Nehemías.

Hay una gran necesidad de personas que se interesen, se duelan, oren fervientemente y que trabajan por el bien de otros. Los cristianos debemos ser personas así. Debemos ser personas enfocadas en el bien de los otros.

Estoy seguro de que Dios usará grandemente a personas así. Tengo la certeza de que las personas que no conocen a Cristo notarán y se acercarán pronto a cristianos con estas características.

Es mi oración a Dios, que mientras has leído estas palabras, él te haya animado, desafiado y convencido de ser un cristiano como Nehemías.

Tú mismo, tu familia, tu iglesia, tu comunidad y, sobre todo, Dios esperan de ti una entrega, una conducta y una determinación como la de Nehemías.

Que tanto tú como yo seamos los Nehemías que Dios, la iglesia y la humanidad están esperando.

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